-buenaaaaas...soy el Otoño y vengo para sustituir al verano.
-¿Y a mí qué, joé?
-hombre ¿no se nota ud. un poco melancólico y nostálgico?
-pues la verdad es que no, Antoño, pisha. Macabo de jincá un par de vasos con medio bocaíllo e merva canutera y estoy lamá de bien.
-pues vaya corte, macho: yo que venía a entristecer y deprimir al personal con mis lluvias y mis cielos grisáceos, y con el primero que me encuentro ni caso...
-Ira Antoño, co'one^ mío. Yo es que, a base de palos cortados, ya estoy pasado de bajadas de moral, de ténues atardeceres rosicler, de lloviznas melancólicas y de grises nostalgias suspirantes. Ahora, si te das una güerte^íta por aquí, encuentras seguidores seguro. ¿Qué digo seguidores? ¡fanáticos tuyos a espuertas, Antoño pisha!
-no me llamo Antoño, sino Otoño
-güeno pero ¿tú mantendío, no?
-sí, vale. Aunque no me quiero ir sin insistirle: ¿no se emociona ud. con la cosecha de la fruta madura, la caída de la hoja, el recogimiento que traen los primeros fríos....
-¡quieto parao! de la fruta lo que me gusta es que viene el tiempo de los madroños, por aquello de la rima. De la caída de la hoja, más que emocionarme, me produce cachondeo el símil con la caída del pelo y de los primeros fríos lo mejor es el mosto y los rabanitos, pisha.
-bueno, no es precisamente el efecto deseado, pero menos da una piedra.
-hablando de piedra ¿tu no tendrás un porrito por ahí, no? Es que después del bocaíllo merva cae dabute.
-pues no, de eso no llevo.
-mira ¿vé? otra cosa que me gusta de este tiempo es la cosecha de cannabis: ahora empezará a entrar chocolate der güeno otra vez, que en verano, entre el levante y la caló y todo el trasiego de moros en Algeciras, nada más que entra jaravaca.
-no había caído yo en eso, mira por donde. Bueno, le dejo que voy a ver si les endilgo una dosis de bajadiña tristona a algunos de esos pringaos que me ha dicho.
-ya verá pisha, ya verá. Y eso que todavía es algo pronto, pero en cuanto pasen un par de semanitas o tres, caen como moscas. Ahora se están quitando la ropa de frikear, pero verás qué peripuestos salen con el fresquito ¡si es que estaban deseando cambiarse ya las chanclas por zapatos!
-¡uy qué excitante!
-y hacen poemitas e intentan soltar reflexiones profundas. Hasta ponen fotitos de paisajes desoladores.
-¡joooodeeeer! ¿y les sobrevienen crisis depresivas?
-Hasta lloran amargamente, tío ¡no te digo! Ni te imaginas lo socorrido que eres para los masocas.
-¡pues me voy ya, que estoy lampando por endiñarle a alguien un buen bajonazo sentimental!
-¡que te lo pases bien, co'one^! ya me contarás a la vuelta. Yo mientras voy a llenar la alacena de chacinas y trinki, tu zabe, para pasar mejor -enroscao a ser posible- este tiempo que viene, ¡ay! ¿cómo se llamaba, joé? que no macuerdo...
-Otooooño
-¡¡A turmana ener coño!!
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