viernes, 21 de marzo de 2008

Fallas y procesiones


Ya que me tocaba resucitar después de morir y no estaba dispuesto a soportar por muchos días el estado de sitio impuesto por las hordas capilleras , decidí que Valencia podría ser un buen lugar para renacer de mis cenizas . Y nunca mejor dicho : ¿ qué puedo contar de las fallas ? .
. . . Al volver almuerzo en Alicante , compro pasteles en Murcia , veo al Cristo bajar del Albaicin en Granada . . . llego de madrugada , la noche de Jesús , a Virginia Point con un pedazo de idem (Merche , xiqueta , molt grácias per fer mon guía fallera : tu ciutat es ben bonica i tú encara mes . Un bes molt fort) y me encuentro a la Yedra torciendo la Arboledilla entrando por Prieta: ¡horror y desesperación! ¿esto qué es? Quiero aparcar , subir a casa y acostarme - después de haber recorrido desde el Lunes casi 2000 kilómetros en coche y yo no sé cuántos a pie rulando dos o tres días por Valencia a ritmo de traca , cubalitro , Avinguda del Cid , Turia y Plaça de Alfons el Magnanim (la de la Virgen la conoce CASI todo el mundo) amén paellas, orxatas, otros reconstituyentes del cuerpo y del ánimo y otros ejercicios propios de este tipo de viajes - pero me parece que lo tengo crudo. Joder , además me vengo meando como es lo normal en estos casos , es decir , a chorros vivos . . . no , si yo no sé pa qué CARAJO he vuelto a Jerez tan pronto . . .
¡ Qué sencillo y qué bonito !

Por un momento he tenido la tentación de tirarle un petardo fallero gordo al paso y hasta lo he imaginado realmente ardiendo, entre lo esperpéntico de las imágenes y la candelería, y sus ninots callendo despedazados, chuchurríos por el calor . . .¡ Yo no he visto una cosa igual de pueblo !

Ntra. Sra. de la Esperanza de La Yedra