Antonio Machado y Alvarez, Demófilo (1848-1893), padre de los hermanos Machado (sí hombre, sí: Manuel tenía un hermano, a pesar del ciego; en realidad eran 5 hermanos, pero sólo 2 dejaron algo en la memoria de los hombres, uno de ellos de forma involuntaria, según se deduce de sus escritos) antropólogo, folclorista y escritor, tiene una interesante biografía, la cual no voy a reproducir aquí. Este señor fue el primero que se preocupó del estudio y clasificación de los diferentes estilos de cante y los recopiló en un libro, Colección de Cantes Flamencos (1881), que es una especie de Biblia para los flamencólicos, aunque, al igual que ocurre con el libro sagrado del cristianismo, muchos de los que lo nombran como básico no se lo han leído y, si lo han hecho, no se han enterado de nada de lo que allí está escrito. En el prólogo de la citada obra y refiriéndose a la autoría de las letras del cante, nos dice:
[...] ¿Que quién es el autor? Pues lo mismo lo sé yo que vosotros y que todos cuantos, así en el extranjero como en España, se han ocupado en la resolución de este grave asunto. El autor de estas letras es Don X, a quien, para no pasar plaza de ignorantes, hemos convenido en llamar Pueblo, como pudiéramos haberle puesto, por ejemplo, Perico el de los Palotes.He intentado resumir al máximo el texto original, pero aún así resulta un poco largo para una entrada de blog: lo siento, pero opino que no tiene desperdicio e incluso que tenía que haberlo copiado íntegro, a pesar de todo. Y de paso exclamo ¡¡VIVA BYTYTWQUOD!!
Más Perico el de los Palotes, me objetaréis, no puede haber compuesto tantísima copla; la vida de un hombre no alcanza para tanto.
Tenéis razón, lectores [...] para satisfacer vuestro tenaz y, en mi opinión, un si es no es pueril empeño de darles un nombre, llamaré Juan Sánchez, Manuel Pérez, Dolores García y Josefa López [...] y otra infinidad de poetas que, sin ser académicos de la Lengua ni personas de viso, son tan perfectamente conocidos en su casa a la hora de comer como lo fueron algunos de estos célebres cantaores por los aficionados a las juergas flamencas, que así se tiran una jarra, y se toman y se dan una puñalá, y se cantan una seguidilla por too lo jondo, y se beben diez bateas de cañas de a diez docenas cada una, apurando con cada batea su platito de aceitunas moráas y alcaparrones, como se camelan una gachí o se capean un toro, dándole una estocá por too lo arto en un decir "Jesús" o en menos tiempo que se persigna un cura loco.
Tienen estos autores por profesión la de vivir: viven en su casa y de lo que comen [...] han de unirse como autores, según he dicho, los infinitos Sánchez, Pérez y Garcías que, así como los López, no son los Sánchez, Pérez o López que conocéis, sino otros López que en infinito número andan desparramados por esos mundos de Dios [...] ajenos por completo a que sus cantos y trinos son luego motivo de estas disquisiciones filosóficas, vamos a decir. Entre estos autores, anónimos a fuerza de llamarse como se llama todo el mundo, hay autores y autoras [...]
[...] Fulano, don Fulano, el señor don Fulano y la excelentísima señora doña Mengana, el ilustrísimo señor don Zutanejo y la eminentísima señora doña Perenceja, quizá criada de servicio la una y aprendiz de barbero el otro, son más de una vez los respetabilísimos autores y autoras de las coplas de este libro, coplas que no conseguirán mejorar, ni aún sudando el quilo, los que al escribir versos y figurándose estar haciendo embuchados para la venta, estiran, estiran, estiran y rellenan, rellenan, rellenan sus composiciones poéticas, olvidándose del precepto de que la mejor poesía es la que dice más en menos palabras y ni más ni menos que si intentasen parodiar al chacinero que aspira a vender como carne lo que son piltrafas
[...] los poetas y poetisas anónimos no usan de ripios. La falta de ripios es una de la verdaderas notas características de la poesía popular: el ripio es un primor que el pueblo desconoce [...] ningún Juan Sánchez ni Dolores Fernández, ningún Zutanillo ni Menganilla alguna dicen cantando lo que no es necesario [...] cuando les duele, se quejan, y cuando se alegran, ríen, sin meterse jamás a esmaltar sus risas o sus lágrimas con adornos postizos [...] no comprenden en su simplicidad esa costumbre jeremíaca de los líricos malos de meternos el corazón en un puño, contándonos sus muchas veces sólo pretendidas cuitas [...] tampoco que pueda convertirse en motivo de lucro el cantar uno sus penas, ni mucho menos en motivo de recrear a un público determinado [...] les tiene completamente sin cuidado que todos los académicos, literatos o literatas, críticos o criticonas del mundo, desenvainen la pluma y decidan [...] que tales producciones son feas o bonitas. Las coplas populares no están hechas ni para venderse ni para escribirse, por tanto, es imposible juzgarlas bien no oyéndolas cantar, toda vez que no sólo la música, sino el tono emocional, les dan una significación, una expresión y un alcance que meramente escritas no pueden tener [...] la copla [...] cuando nace, nace ella misma cantándose, si vale expresarme así. Una copla escrita es una copla estropeada: es como un naranjo nacido en Sevilla y transportado a Madrid, en cuyo clima apenas puede vivir de otro modo que como planta de estufa [...]
En ellas se muestra el alma, ruda y agreste si queréis, pero virgen: "l'anima non sofisticata d'al vero" [...] jamás finge ni miente (exagerar no es mentir porque es una modalidad de la fantasía) [...] como el niño que, sin conocer las convenciones sociales, pide el objeto que se le antoja y llama fastidiosa a la persona que se lo parece, muy a despecho de los finísimos y atribulados padres que, sin meterse a distinguir de edades, quieren tragarse con la vista al angelito al ver que no miente todavía con el aplomo que ellos.
La intensidad con que los hombres del pueblo sienten el reducido número de efectos y de ideas con que hacen su vida, y el carácter, aunque empírico, verdaderamente real y no abstracto, de sus escasos conocimientos, da a sus producciones un vigor extraordinario y gran propiedad y sobriedad a los términos de ellas.