domingo, 31 de enero de 2010

En Blanco y Negro (o "El Twist")

 

Corría el año 1.900 sesentaypocos (nací en el 59) y en el jardín de abajo vivía Poly, una señora muy cariñosa y buena vecina que tenía dos hijas -la de arriba es la menor, faltaría más- y que siendo yo un poco más mayor de lo que se aprecia en la fotografía -mediados los 60- emigró a Barcelona con toda su familia en busca de una (supuesta) vida mejor. Recuerdo que a principios de los 70, con motivo de estrenar coche y para hacerle el rodaje, mi padre nos llevó a Barcelona. Ya tenía yo más de 10 años y recordaba a esta vecina y a sus hijas de forma borrosa, aunque, a base de escuchar anécdotas del pasado, tenía una imagen casi real de esa parte de mi vida en mi memoria. Años del twist...
Encontramos la casa de Poly en un barrio obrero, en las afueras de Barcelona, quizás en L'Hospitalet. La mujer estaba sola cuando nos recibió y no pudo evitar derramar unas lágrimas al vernos. Mis hermanos y sus hijas habían crecido en sincronía y yo prácticamente me había criado rodeado por ellos.
Nos enseñó una pequeña habitación donde sólo había una butaca y una mesita camilla: las paredes estaban llenas de fotografías. Entonces ella -vestía bata de guata estampada y babuchas de estar por casa- se sentó en la butaca y apoyando el codo en la mesita, puso la mano en su frente, como cuando se le mide la calentura a un niño: "ahora estoy sola; mis hijas vienen de vez en cuando a verme, pero me paso casi todo el tiempo sola. Entonces me entra la pena y me vengo a este cuarto: Aquí están todas las fotos de Jerez, de cuando me casé, de cuando las niñas eran chicas... mira, en todas esas estáis vosotros y [...] esos que vivían enfrente. Y mirando las fotos y recordando todo aquello, me harto de llorar. Aquí me paso casi todo el día, acordándome de lo bonita que era esa vida y hartándome de llorar porque ya nunca volverá..."
La de la foto ya se había casado (grrrr).

P.S.
A los que se preguntan si me he reído así desde siempre, que observen bien la foto. Llorando, lo que se dice llorando, no estaba precisamente...

jueves, 28 de enero de 2010

Caperuzota



—Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!
—Son para verte mejor —dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
—Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!
—Son para oírte mejor —siguió diciendo el lobo.
—Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!
—Son para...¡comerte mejoooor! —y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita.
—¡Joé! lobo de mierda, encima que me acuesto contigo... ¡ya te vale!
—Pero si no hemos hecho nada, Caperuzota. Además, me he tenido que disfrazar de vieja petate para seguirte el rollo.
—Una, que tiene sus fetiches.

...y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

viernes, 22 de enero de 2010

Vacío Mental

Después de casi dos meses sin conexión, los dioses del ciberespacio sideral se han dignado -¡por fin!- escuchar mis repetidas peticiones y ruegos -e improperios insultantes en forma de picardías culebrosas- y me han devuelto al mundo de los mortales vía modem de telefónica. Durante estos días en los que he estado apartado de la realidad bloguera y ante algunas situaciones personales y acontecimientos reseñables, varias han sido las veces en las que he sentido la necesidad de sentarme a escribir sin poder hacerlo.
Bien, ahora ya puedo pero NO SE ME OCURRE NADA... O sí, pero no me apetece. O no, pero sí me apetece. Me apetece pero sí o no. O sí o no, pero me apetece. Pero no me apetece, o sí. Etc, etc, etc.
¿Qué pasó con la Navidad? ¿qué del nuevo año, los Reyes, las lluvias, el frío? ¿las eliminatorias de copa entre palanganas y culés? ¿El terremoto de Haití? ¿Zapatero y las múltiples crisis? ¿soledades? ¿recuerdos? ¿añoranzas? ¿mentirijillas y verdades? Y, en los últimos días, un catarro como la pata de un camello.
Os propongo que acertéis qué tienen en común las dos imágenes que siguen:




Y si sive de pista, el cuadro es de El Españoleto

sábado, 2 de enero de 2010

Resaca

-¡Buenaaaasss... Feliz Año Nuevo!!
-¿Y eso?
-hombre, cómo que "y eso": estamos a primero de año y es lo que se dice tradicionalmente en estos casos
-mire, yo es que soy un autohumillador y tengo serios transtornos emocionales, así que no estoy yo para años nuevos ni cosas por el estilo
-¿autohumillador?
-sí: me masturbo con fruición y en el momento de eyacular, apunto a mi propia cara con la punta del pito
-¿y?
-que me lleno toda la cara de semen: la última vez me dí en todo el ojo
-pues sí, lo tiene un poquillo irritado
-es que, con lo pegajoso que es, he tenido que frotarme con jabón Lagarto y una manopla de esparto
-pues yo creo que es usted un  pervertido
-me ha dicho mi psicólogo -que es argentino- que no, que eso es porque me gusto mucho a mí mismo
-narcisismo...
-que no, hombre, que no: es que hice unos cursos para subir el grado de autoestima y se ve que se me ha subido demasiado
-hasta volverle un degenerado
-¡y dale con catalogar a la gente! Lo que ocurre es que me veo tan, tan guay del Paraguay que no tengo más remedio que eyacularme en la cara
-entonces ¿por qué se siente humillado, si le gusta?
-¡que no me gusta, coñe! ¡que lo hago porque es más fuerte que yo!
-pero si es usted mismo el que se lo guisa y se lo come todo
-bueno, comermelo, algunas veces: a mí lo que me deprava es que me entre por la nariz
-joer, está como una cabra...
-es que, como fuí cocainómano, es como una especie de acción redentora: por donde entraba la droga erosionante, ahora entra el suave semen sanador y calentito
-...como dos cabras
-¿quiere probar?
-¡Pero ¿qué se ha creído?
-hombre, le veo con esa cara de esclavo sumiso dispuesto a ser vejado y...
-¿que tengo cara de esclavo sumiso?¡tus muertos!
-¡ah! la necrofilia también me pone ¡dígamelo otra veeeeezzzaaiiisss!¡cáguese en tó mis muertoooiiiissss!
-yo me abro que este está fatal
-¡no se vaya, que le voy a contar cómo me metí las doce uvas por el culo!