miércoles, 14 de octubre de 2009

Soneto Doble Calvorota.


Alopécicos señores sin peluquín ni peluca:
les remito esta misiva sin ánimo de ofender
pero por mi fuero interno y a mi modesto entender
son ustedes esperpentos desde la frente a la nuca.

Las pistas de aterrizaje que vuestras cabezas son
las agradecen las moscas con gran jolgorio y gracejo,
van a esquiar los mosquitos, haya nieve o haga sol
que de tan limpias y lisas asemejan azulejos.

No os frotéis con brillantina, pues nada hay que engominar
no vayáis al peluquero a recortaros patillas,
cogote, tupé -o flequillo- ni a igualar la coronilla.

No salgáis los días de lluvia sin algo con qué tapar
esa azotea lustrosa que luce en vuestras cabezas
pues, por mucho que la rieguen, jamás crecerá maleza.

Al contrario, mirad bien por vuestro el preciado huevo
y pensad que ahorráis tijeras, peine, cepillo y champú.
Que si cuernos os salieran de toro, ciervo o de ñú
los luciríais con garbo como se luce algo nuevo.

Además vuestra preclara frente empinada y rugosa
es de perfecta pendiente y dimensíon generosa
-un pantalón sobra sitio y un abrigo cabe entero,
por lo que podréis usarla de eventual lavadero-.

Eso sí, recomendado queda un sombrero de paja
para que el sol no os requeme cual oficio calvinista
y arriba se vea más negra que por la parte más baja

No sea que por despiste y al verla de dos colores
alguno que tropezase y fuese corto de vista
viese de café con leche un chupa- chups de sabores.



(J.H. de Bytytwquod dedica este soneto doble a las jam-sessions o lo que diablos sean)