miércoles, 17 de junio de 2009

Desahogo Verdolaga

Recuerdo el fichaje de Antonio Benítez ("Nono") por el Betis siendo yo un shavea. Por entonces, sería 1970, mi padre ejercía de secretario técnico del ahora recién ascendido a primera Xerez C.D. y fue una pieza fundamental en el éxito de la operación, ya que, debido a sus funciones de técnico ojeador en la Federación Andaluza de Fútbol, mantenía buenas relaciones de amistad con algunos directivos de varios clubs de España, entre ellos algunos del Betis, en particular con Pepe León, que había sido presidente en 1969 con el club en 2ª y que lo dejó a las puertas de 1ª, subiendo ese mismo año del fichaje del jugador jerezano, por cierto, vecino nuestro por aquellos años. En 1971 fue el debut de este jugador en La Rosaleda -comí por primera vez una toronja con sal, por supuesto pelada, pero sin quitarle el pijama- y recuerdo que en el Málaga, también recién ascendido esa temporada, jugaba el famoso Viberti, grandote y con una pelambrera nada habitual por aquellos años.


Antonio Benítez
con la indumentaria del Xerez C.D.

Tengo que aclarar que, aparte de formar parte de la directiva del Xerez por aquella época (incluso ejerció unos nefastos meses -se consumó el descenso a 3ª- de presidente en funciones ante la dimisión de Pepe Reyes, sí el del pan y picos) mi padre era miembro técnico de la Federación Andaluza y poseía un carné que le permitía el acceso a todos los campos de España, con derecho a un acompañante que, debido a mi condición de benjamín aplicado, solía ser yo. Así que cuando yo hable de fúrbo, a escuchar.
También recuerdo que, un par de años después, en 1973, y con Núñez Naranjo en la presidencia, el Betis -que había bajado a 2ª y había vuelto a subir ese año a 1ª, haciendo honor al calificativo de "equipo persiana"- volvió a fichar a un jugador del Xerez, Rafael del Pozo, un extremo rápido, hábil y ratonero, muy listo; fue por esto último que, al ir a disputar un balón en un salto con "Tarzán" Migueli (un caballa* tipo armario empotrao, central del Barça y de la selección española) quiso hacer la cucamona y le salió el tiro por la culata, porque, si bien consiguió desequilibrar al grandullón mientras estaba en el aire, éste cayó a plomo sobre el pequeño jugador jerezano, rompìéndolo literalmente en pedazos, con lo que su ardid marrullero se volvió contra él. Para los amantes de las leyendas urbanas que cuentan que Migueli le dió una patada a mala idea, decir que yo estaba en la tribuna del entonces Benito Villamarín, justo frente a la línea que divide el campo en dos y que la jugada se produjo en el círculo central, sin que el árbitro señalara falta al caer ambos jugadores al césped. Fuese intencionada o fortuíta, la "jugada de Migueli" hizo que Del Pozo, aunque volvió a los campos meses después, nunca fuese ya el mismo.
En aquellos años el gran Juan Tribuna llamaba a estos jugadores "los niños de Jerez".

Rafael del Pozo
(foto: fiebrebetica.com)

También recuerdo una conversación telefónica en la que se le pedían a mi padre, por entonces ya retirado der fúrbo, referencias sobre Antal Dunai, que había conseguido el ascenso a 2ª entrenando al Xerez. Mi vieho le dijo a Pepe León que no era mal entrenador para el Xerez (de pueblo) pero que no lo veía entrenando al Betis dado el carácter serio y frío del magiar y la particular idiosincrasia de la afición bética. A pesar de esta recomendación, el Betis fichó a Dunai: duró sólo unos meses (temporada 1982/83).
A mi madre, que no entiende una papa de fúrbo, siempre le cayó bien el Betis, considerándolo un equipo "muy alegre y muy simpático". A nivel personal siempre me pareció un equipo cutre de barriada pobretona, la verdad; como puede verse, las divergencias con mi madre no son sólo de índole generacional. Sin embargo, no puedo negar que forma parte de la historia de peripecias andaluzas y que, al fin y al cabo, me sirve de cachondeo, algo muy de agradecer en estos tiempos de zozobra general.


* caballa: natural de Ceuta.


P.D.
Y para que veáis que me acuerdo de verdad, ahí va una foto del tal Viberti ¿era grandote con pelambrera o no?



(A la desgraciada afición del Betis, de un jerezano con memoria)