Mi pulso es firme y mi piel es tan sensible como la suya. Ahora duerme mientras yo apuro mi cigarro tóxico y junto torpemente las letras en un intento de explicar algo inexplicable, de comprender algo incomprensible. Dejad que los niños se acerquen a mí y a los adultos responsables, estrictos y eficientes QUE LES DEN POR EL PUTO CULO ¡¡¡¡¡Ziiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!
(Comprender no es lo mismo que estar de acuerdo y quizás mucho más complicado. El tacto es, en general, un sentido poco valorado. Y es porque nuestro orgullo, a veces, nos impide cerrar los ojos y sentir en silencio)