jueves, 30 de abril de 2009

Ovillejos Cervantinos

Cardenio asiste a la boda de Lucinda con D. Fernando
Edición italiana del Quijote de Edoardo Perino. Roma,1888
Grabado de Gustavo Doré (gentileza de Claudio Paganelli).



Esta entrada se edita con retraso, si tenemos en cuenta que hace una semana se celebró San Jorge, día del libro. Es ya costumbre en diversos ámbitos relacionados con la literatura en particular y con la cultura en general, leer por turnos párrafos del Quijote, rindiendo así homenaje al inolvidable manco. Si yo hubiese ido a leer un párrafo, me hubiese gustado que me tocase en suerte este que contiene los ovillejos que siguen, cantados por un personaje llamado Cardenio:

¿Quién menoscaba mis bienes?
¡Desdenes!
¿Y quién aumenta mis duelos?
¡Los celos!
¿Y quién prueba mi paciencia?
¡Ausencia!
De ese modo en mi dolencia
ningún remedio me alcanza
Pues me matan la esperanza,
desdenes, celos y ausencia.


¿Quién me causa este dolor?
¡Amor!
¿Y quién mi gloria repuna?*
¡Fortuna!
¿Y quién consiente mi duelo?
¡El cielo!
De ese modo yo recelo
morir deste mal extraño
pues se aúnan en mi daño
amor, fortuna y el cielo.


¿Quién mejorará mi suerte?
¡La muerte!
Y el bien de amor, ¿quién lo alcanza?
¡Mudanza!
Y sus males, ¿quién los cura?
¡Locura!
De ese modo no es cordura
querer curar la pasión
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura.


*repugna

Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616)-
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha,
Cap.XXVII de la 1ª Parte.
Espero que sirva para que algunos comprendan que no hace falta fumar porros, ni beber alcohol ni ser cocainómano para sentir profunda, dolida y tristemente los tocagüevos ¿o Cervantes también era un jumento rebuznante y coceador?


P,S.
Y como toda la obra, este párrafo está escrito con una sola mano pero con dos pares de cojones.