Al final de la escalera le esperaba una ventana cerrada hacía semanas, una ventana que, abierta, dejaba ver un mundo espectante por saber de su pequeño súbdito exiliado, de su desaparecido elemento siempre controlado, mas ahora extraviado.
Apretar un botón: la ventana se ilumina...¿hay alguien ahí fuera?
¡Qué pregunta tan estúpida! ¡Pues claro que NO HAY NADIE!
Apretar un botón: la ventana se ilumina...¿hay alguien ahí fuera?
¡Qué pregunta tan estúpida! ¡Pues claro que NO HAY NADIE!
P.S.
Un miércoles tras otro, una diezmillonésima de segundo tras otra, no dejo de pensar en...
Un miércoles tras otro, una diezmillonésima de segundo tras otra, no dejo de pensar en...