jueves, 15 de octubre de 2009

Rincones


En el rincón que hacen las calles S. Juan, Salas y Juana de Dios Lacoste, lugar de la ciudad cargado de historia, te paras y El Ali de la Tota te pone una copita...
Cerca, Justicia y Liebre; detrás la Capilla de la Jura -criptas y órdenes de caballería; un compañero se asoma a la calle de la Palma desde un frontón: con una mano sostiene el Santo Grial y con la otra parece hacer una señal secreta- un callejón tapiado con Siete Revueltas y monjas de clausura que venden pasteles y bizcochos a través de un torno, no sea que los clientes les vean la cara.
Ecos medievales mezclados con memorias bodegueras, cantaoras, rancias, sabrosas y envueltas en un decadente pero bello aire señorial antiquísimo. Rejas en los balcones, en las ventanas; tejas florecidas, cal y calamocha; embrujo en la quietud.
Y caminar abrazado del talle de una mujer de largo pelo negro por estos lugares se me antoja un lujo asiático; hasta el levante parece refrescar...



noche de cuatro lunas

y un sólo árbol

en la punta de una aguja

estaba mi amor bailando