martes, 24 de marzo de 2009

Más sobre excreciones calcáreas

En la entrada anterior me refería a una conversación mantenida con el inefable jardinero acerca de las excreciones calcáreas, de su adecuado progreso, aparición de los primeros brotes y crecimiento y desarrollo por superposición de capas . Bien, el resumen era bastante claro, aunque siempre quedan cosas por decir. Una de ellas, que ya se comentó a manera de conclusión, es que los bucos no son excatamente aquellos a quienes sus parejas engañan, sino los que nacen igüedos. O sea, aquellos que presentan una tendencia y/o habilidad innata para portar las cornamentas que tan graciosamente la Naturaleza les ha otorgado, sin siquiera la necesidad de tener pareja. Y si llegasen a tenerla, aunque jamás les engañasen y fuesen las más justas y virtuosas damas que en el universo mundo existieran, sus instintos y condición de bucos les inducirían a la aparición, desarrollo, crecimiento y progreso adecuado de vistosas excreciones calcáreas cual cercano familiar de Bamby (quien, dicho sea de paso, no tiene culpa de nada, pobre cervatillo), sólo con que alguna de las citadas damas bajase a por el pan o saludase con un "buenos días" un poco amable a alguno de los vecinos. Como diría un paisano: astas tiene quien las tiene y buco es quien es buco y punto.
La aclaración no es muy científica, pero explícita sí que lo es.