Paco El Gordo estará harto de Pirineos -él por criticar que no quede- y ya habrá dicho que "vaya tostón"; exactamente igual que si me "pongo ñoño" de vez en cuando (hay que ser misógino y poner verdes a las tías que son todas unas zorronas de aúpa y si no, está uno mariconeando) o hablo de cualquier otro tipo de tema: TODO le parecerá criticable. Es él.
Estoy de gazpacho hasta el gorro; de sangría hasta la colcha; de salmorejo-arranque-porra antequerana, hasta las pingoletas del pimporreto; de frutita y ensalada, hasta la coronilla; de calvos con sandalias chancleteras, hasta las almorranas del sobaco (¡!); de melón y de sandía, hasta las cejas; del trasiego camello/foqueril en estrambóticos shorts y bermudas, hasta el tupé y ya hasta cago negro habitualmente a causa del tintorro con referesco de limón (al parecer y según los entendidos en la materia, es impropio llamarle "tinto de verano" si no se le añade al vino casera blanca; como se ve, los entendidos no dejan escapar ni una, sobre todo si se trata de sandeces como la que acabo de describir).
Como nos decía aquél vendedor ambulante de mostachones de Utrera, parados en el ferrobús a 45ºC enmedio de la nada cósmica sevillana: "zié'que no ze'tái quieto, íiho ¿azí cómo no vái atené caló, 'hoé?"
¡Que hartura de verano ya, coño!¿¡A quién le puede gustar esto, carajo!? Mira, que te diga una menda "me gusta más el verano que el invierno", bueno, al fin y al cabo es una mujer quien lo dice y ya se sabe, las mujeres tienen esas caídas y dicen cosas raras, ininteligibles e incomprensibles para alguien que no sea otra mujer. Pero que te lo diga un tío ¡manda güevos! cabría preguntarse qué clase de tío es o si lo es.
Por cierto: ¡adiós Leo, KAAAAAAAAAAAVRÓN!
Estoy de gazpacho hasta el gorro; de sangría hasta la colcha; de salmorejo-arranque-porra antequerana, hasta las pingoletas del pimporreto; de frutita y ensalada, hasta la coronilla; de calvos con sandalias chancleteras, hasta las almorranas del sobaco (¡!); de melón y de sandía, hasta las cejas; del trasiego camello/foqueril en estrambóticos shorts y bermudas, hasta el tupé y ya hasta cago negro habitualmente a causa del tintorro con referesco de limón (al parecer y según los entendidos en la materia, es impropio llamarle "tinto de verano" si no se le añade al vino casera blanca; como se ve, los entendidos no dejan escapar ni una, sobre todo si se trata de sandeces como la que acabo de describir).
Como nos decía aquél vendedor ambulante de mostachones de Utrera, parados en el ferrobús a 45ºC enmedio de la nada cósmica sevillana: "zié'que no ze'tái quieto, íiho ¿azí cómo no vái atené caló, 'hoé?"
¡Que hartura de verano ya, coño!¿¡A quién le puede gustar esto, carajo!? Mira, que te diga una menda "me gusta más el verano que el invierno", bueno, al fin y al cabo es una mujer quien lo dice y ya se sabe, las mujeres tienen esas caídas y dicen cosas raras, ininteligibles e incomprensibles para alguien que no sea otra mujer. Pero que te lo diga un tío ¡manda güevos! cabría preguntarse qué clase de tío es o si lo es.
Por cierto: ¡adiós Leo, KAAAAAAAAAAAVRÓN!