martes, 24 de junio de 2008

Mitología: Egipto (V)




Los dioses anteriores, o si se quiere, los elementos por ellos representados, se ve que no estaban del todo organizados y que cierto desorden evocador del caos primigenio permanecía aún sin resolver, por lo que fue preciso todo lo descrito anteriormente para poder diferenciarlos, definirlos y personificarlos. Una vez constituida la familia de demiurgos, Rá comenzó a gobernar el Universo, tarea nada fácil dada la ingratitud mostrada por hombres y dioses ante su creador. Tanto es así que los últimos se rebelaron contra él, tratando de acabar no sólo con su autoridad sino también con su existencia.

La primera en intentar "darle el palo" fue la serpiente Apophis (1) - Apep en egipcio-quien, con objeto de tragarse la barca del sol, empezó a provocar una serie interminable de tempestades a cual más destructora. Pero Rá, convertido en gato (animal de misteriosas costumbres nocturnas) y ayudado por sus compañeros (2) -los Seguidores de Rá- consiguió triunfar aunque quedó tan cansado tras la lucha que envejeció, de tal modo que "su boca temblaba y su saliva caía a la tierra". Entonces Isis, su nieta, con esa misma saliva y tierra, fabricó una serpiente venenosa y la escondió junto al camino por donde debía de pasar su abuelo para que le picara, como así fue (y esta era la "niña buena" de la familia, menos mal). Abrasado por el veneno y temblando de dolor, Rá convocó a los dioses, llegando Isis la primera a la "reunión". La diosa prometió curarle si Rá le revelaba su nombre secreto, algo que al viejo dios no le hizo ninguna gracia, pues temía que Isis usara contra él mismo el poder que encerraba dicho nombre (3) (y no iba mal encaminado, no).


Así que usó una estratagema para salir del paso y contestó: "Soy Khepri (4) por la mañana, Rá al mediodía y Atum por la tarde". Isis ante tal "escaqueo" no le curó y dejó que el veneno siguiese su trabajo, jodiendo aún más a su abuelo. Enloquecido por el sufrimiento, Rá susurra por fin su nombre secreto al oído de Isis; inmediatamente el veneno deja de hacer efecto "pero Rá, al dar su verdadero nombre, había entregado su corazón y el secreto de su poder". Los hombres no eran menos ingratos con su creador que los dioses y le procuraban interminables disgustos. Al ver que "el dios de los huesos de plata, miembros de oro y cabellos de lapislázuli" envejecía, trataron de liquidarlo definitivamente. Rá, al tanto de los planes humanos, reunió a Shu, Tefnet, Geb, Nut y Nuu y les explicó el tema. Entonces Nuu (el primer antepasado, el Caos primigenio) le dijo: "Rá , hijo mío, tú que eres más grande que tu padre y sus creadores, permanece sentado en tu trono. Pero dirige tu ojo contra tus conspiradores y el temor que inspiras será aún mayor".


Siguiendo este consejo, Rá envió su ojo contra los hombres en forma de diosa Sekhmet (5), quien fue tan vengativa y sanguinaria que Rá llegó a temer que no dejase mortal alguno sobre la tierra ("como la deje, esta se carga hasta al apuntador", pensaría). Preparó pues una mezcla de cerveza, cebada y un líquido rojo que hacía que el bebedizo tomase aspecto de sangre humana: siete mil tinajas fueron vertidas sobre la Tierra, cubriéndola hasta una altura de cuatro palmos. Sekhmet, creyendo en efecto que era sangre, bebió hasta emborracharse y dejó por fin de matar (menos mal que no le dió el resacón "de tarro", si no, creo que el resultado hubiese sido diferente). De este modo Rá salvó a la raza humana de ser exterminada. Pero tras todas estas luchas contra dioses y hombres "mi corazón está cansado de estar con ellos"-se decía Rá- por lo que se dispuso a dejar el poder (no como muchos que yo me sé, que ni dimiten, ni los despegas con agua hirviendo de "la poltrona"); para ello volvió a convocar a los dioses.


Nut-Hathor

Nuu, el más antiguo, hizo una señal a Nut y ésta tomó el aspecto de vaca divina, Hathor (6) ( de la que ya hablaremos más detenidamente en una próxima entrada) presentándose así ante Rá e invitándole a subir en su lomo para ser transportado a su morada celetial definitiva. Pero durante la ascensión, la vaca sintió vértigo y Shu, extendiendo sus brazos la ayudó a mantener el equilibrio. Esta versión de la "vaquita mareada" era otra de las explicaciones que se daban para la creación y separación del cielo y la tierra. Antes de retirarse definitivamente, Rá hizo la paz con los hombres e incluso estableció una alianza con ellos. Nombró sucesor a Geb (según otra versión, a Shu) quien pasó también lo suyo para bregar con el personal, pero con la ayuda de Uraeus y de Rá Harakhté pudo librase de sus enemigos y organizar en paz su reino terrestre.


El motivo de haber vuelto sobre nuestros pasos y explicar estas "aventuras"de Rá, no es otro que el de poder hacer una mejor introducción a la figura de Horus, pues como se verá, este dios - en principio un dios "local"- fue elevado a la categoría de dios cósmico al ser identificado con Rá Harakthé, el sol en su carrera diurna entre los dos horizontes...


Notas:
(1) Apophis "el destructor"habitaba en el Duat, oscuridad eterna del inframundo por donde todas las noches tenía que pasar Rá en su barca, resultando vencedor y apareciendo de nuevo al amanecer.
Curiosamente se ha bautizado así a un asteroide descubierto en 2004 con una órbita próxima a la Tierra (el nº 99942 de la serie); según la NASA, en 2026 y 2039 pasará muy cerca de nuestro planeta y una pequeña colisión con otro asteroide podría desviarlo y hacer que se estrellara contra nosotros, lo que equivaldría a la explosión de ¡¡40.000!! (cuarenta mil) bombas atómicas. Incluso se están haciendo cálculos y previsiones para evitar esta posible catástrofe, entre las que se contempla la posibilidad de ¡¡desviar la órbita del asteroide!!
(2) El gato pasó a ser animal sagrado por esto. Los Seguidores de Rá no está muy claro quienes eran, aunque todo apunta a una cohorte de espíritus al modo de los ángeles del cristianismo. Uno de los que sí se conocen era la que pasó a ser diosa Maat, de la que hablaremos más adelante.
(3) Para los egipcios, el nombre de un ser se confundía con lo que designaba. Pronunciar en voz alta un nombre era darle vida a la cosa evocada. Nada podía existir antes de ser nombrado y bastaba con que Rá pronunciase de un modo distinto a las cosas que iban existiendo para que otras nuevas despertasen a la vida. Esta idea de la potencia de los nombres dió lugar, caso curioso aparte, a ingeniosos juegos de palabras tomados completamente en serio en esas fechas. Por ejemplo, estando furioso Rá lloró y de sus lágrimas surgieron hombres: estas lágrimas eran ramit y hombre era romet.
(4) Khepri -Kepher en egipcio, "el que viene a la existencia"- era el escarabajo sagrado, símbolo del sol al amanecer. Kepher estaba asociado a la creación puesto que había empujado a la bola del sol hacia el horizonte cual escarabajo pelotero, produciendo así el primer amanecer.
(5) El ojo de Rá transformado en Sekhmet se representaba como una diosa con cabeza de leona por lo que en ciertos períodos se le identificó con Tefnet, al fin y al cabo también producto de la autofecundación de Rá (e.d. su hija), por lo que aparece con el nombre compuesto de Tefnet-Sekhmet.
(6) Por esta razón, en muchas ocasiones se representaba a Nut con cuernos(¡qué manía,ííího!)