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jueves, 19 de noviembre de 2009

Alfonsito

Ayer me lo encontré por Tornería, el primogénito del Virginiano, ya bastante más mayor que en este vídeo. Se llama igual que su padre e igual que su abuelo, a quien el próximo 27 de este mes se le rendirá un póstumo, íntimo y merecido homenaje (que no tuvo en vida) en la peña de la Bulería, con ocasión del pregón que se pronuncia anualmente en exaltación a este jerezanísimo estilo de cante. Este -su nieto- y Dominguito Rubichi a la sonanta, actuarán después del pregón...

martes, 10 de noviembre de 2009

Juan Moneo Lara

Aunque tengo historias para un texto sobre el personaje, ninguna escribiré (por ahora). Sólo dos vídeos con unos 30 años de diferencia.


 


martes, 20 de octubre de 2009

¡Qué Feo está Comparar!

En la entrada anterior me cuelga un comentario adm. y me da un par de direcciones* para que vea otros tantos vídeos: en uno aparece la Cornejo cantando por seguiriyas facilitas y en otro aparece Estrella Morente cantando por "inseguriyas" (palabra que me ha salido al dudar en llamarle seguiriya a esto que hace la granaína).
Y como las comparaciones son odiosas, pongo este vídeo de tres jerezanas: la Macana, Juana Fernández (aunque PAYTOJEREZ** dice "Juana del Pipa", pero esa era su madre) y Dolores Agujetas POR TONÁS, para que no digan que estoy comparando (las otras dos, Cornejo y Morente, cantan POR SEGUIRIYAS ¿no?)







Y ya no digo má^ná...
... Bueno sí... ¡¡ÓLE!!


* estas son las direcciones: http://www.youtube.com/watch?v=Fm0GxYvczYs /// y la otra /// http://www.youtube.com/watch?v=3u66TxY1S88

** aprovecho y agradezco a PAYTOJEREZ su inestimable labor de recopilación y difusión de vídeos, sin la que sería imposible buscar muchas de las imágenes de cante que aparecen en la red.

lunes, 19 de octubre de 2009

Los Tres Sietes.

Volviendo a mis recuerdos de aficionado al cante, pasa por mi memoria una anécdota ocurrida allá por los años 80 en el antiguo local de la peña La Buena Gente, en plena plaza de San Lucas.
Presentada por Juan de la Plata (Juan de las Latas) y avalada/apadrinada por el poeta arcense Antonio Murciano, hacía su presentación en Jerez la "cantaora" gaditana Mariana Cornejo, quien se disponía a dar un recital de cante en la citada peña. Venía la "artista" rodeada de una aureola de fama porque en aquellos años aparecía en un anuncio de televisión para un producto de limpieza -Neoclor de Los 777 (tres sietes), una popular marca de lejía- canturreando y bailando un tanguillo de Cádiz; aparte de tener, como he dicho, buenos padrinos, éstos la anunciaban como perteneciente a una familia de tradición flamenca por ser sobrina de Canalejas de Puerto Real.
Yo iba acompañado del difunto Manuel del Pili (sobrino de la Paquera), del también difunto (y que llegaría a ser años más tarde hermano mío "de sangre") José el Chalao, su primo el Mijita y del Torta. Como véis, unos que no entendían una papa de cante (por la jeró). Precisamente fuimos para intentar recabar explicaciones acerca de ofrecerle tan rancio auditorio a la mencionada Mariana, entre otras cosas por el apoyo prestado por la Cátedra en la figura de Juan de la Plata, apoyo negado en reiteradas ocasiones a los que nosotros considerábamos que tenían más derecho por ser de Jerez y por cantar bien.
Tras las charlas de rigor al inicio del acto, se pasó al recital propiamente dicho: alegrías y cantiñas, tangos, colombianas, fandanguillos... nada que una mujer de esta tierra sureña no pudiese interpretar mientras hace la faena. Al ser la peña de reducidas dimensiones, desde el escenario se podían escuchar las voces de los asistentes sin necesidad de que estos las elevaran. Entre los cinco amigos el tema de conversación durante el intermedio era el poco mérito del cante mostrado por la Cornejo quien, amén de la gracia propia de los gaditanos, no tenía mucho que ofrecer y menos en una peña de Jerez y ante tal auditorio. Entonces, cuando iba a dar comienzo la segunda parte del recital, la cantaora se dirigió al público -en particular al del fondo de la sala, que éramos nosotros- y dijo: "bueno, como estoy en Jerez y aquí hay quien entiende de esto, voy a cantar unas seguiriyas facilitas". Nos salimos del local y esperamos a que aquello terminara mientras apurábamos nuestras copas en la calle.
Al concluir el acto, todo eran felicitaciones, saludos, besitos y abrazos a la Cornejo... Juan de la Plata -como siempre- se iba con prisa porque era "ya muy tarde". Fue entonces cuando Manuel del Pili lo detuvo en la puerta y lo saludó (se conocían de sobra) tras lo cual le dijo: "Juan, tú que eres flamencólogo y entiendes de esto: ¿me puedes explicar qué estilo son las seguiriyas facilitas? El cojitranco contestó: "dejarse de guasa, niños..."
¡Sabría el mamón lo que había ¿o no?!




(el vídeo que aparecíó primero fue retirado y en su lugar he puesto otro 11/11/2009)

sábado, 10 de octubre de 2009

Colaboración (¿inconsciente?)

Como siempre que leo al impenitente Sabanduky cuando escribe de flamenco (algo que por último hace con frecuencia) no puedo quedarme indiferente y son varios y diversos los motivos por los que ello me ocurre, entre los que destacaría que unas veces acierta y otras habría que cogerlo y... ¡grrrr!
Esta vez ha acertado al poner las palabras de Manuel Moreno Jiménez, o al menos he sentido satisfacción al leerlas puesto que coincido con ellas, aunque no plenamente: él sabe que todavía queda cante; poco, pero algo queda. Es cierto que ya no es lo que era -yo mismo he escrito alguna vez que esto tuvo su época dorada y que ahora es una mala copia de la "verdad"- pero se me antoja que el destino del cante era irremediablemente unirse al de todas las demás actividades del ser humano: nacer, vivir -con todo lo que ello implica de maldad y bondad- y morir o transformarse en un estereotipo momificado/petrificado. Y no sé si M. M. ha caído en la cuenta de su inmersión y colaboración en tal proceso que se nos antoja degenaritivo.


Con el periodista J.M. Vázquez Gaztelu en la UCA.


Y estoy de acuerdo en que lo indefendible (no por debilidad del sujeto defensor, sino por lo aberrante del objeto presuntamente a preservar) no merece un inútil gasto de energías, pero alguien como M.M. debería ser de los primeros en defender aquello que conoció y que le mereció una larga pasión e íntima dedicación, aunque comprendo que se sienta hartito de tó y aunque ahora el cante se haya difuminado y esté tapado y asfixiado por un impostor. Precisamente por eso hay que defenderlo, no al impostor -que supongo es al que M. M. toma por indefendible- sino al auténtico. Quizás con su declaración esté defendiendo lo que él conoció y desdeñando "lo de ahora", pero también anima a tirar la toalla...




antonio mairena y manuel morao
Cargado por cultura-flamenca.

A menudo nos parece estar diciendo grandes verdades, Manuel.

martes, 6 de octubre de 2009

¿Quién se va?

Esto es un escenario preparado con varios vecinos de mi pueblo, de entre la Plazuela y Cruz Vieja casi todos. Imaginaos que no lo fuese y que os encontrais de pronto (bueno, un poquillo a posta sí) en medio de una reunión de aficionados, gitanos y gashós rebujaos, y empiezan en este plan: ¿quién se va para su casa? yo, desde luego, no, aún a costa de lo que sobreviniere... (que, en mi caso, sobrevino)




(lamentablemente el cámara -ignoro el porqué- esquiva el baile de Domingo El Mutilao justo cuando empìeza, aunque los demás no tienen desperdicio)

lunes, 5 de octubre de 2009

El Mono, el Bizco y el Melón de Oro.

Tras leer y recapacitar sobre el comentario que insertó J.L. Martínez Hens en mi entrada "dedicada" a Juan de la Plata (Cuento y Peloteo, 1/10/2009) me entró la picá y me dispuse a escribir sobre mis propias anécdotas vividas en horas de reuniones flamencas (por llamarlas así), aunque al final opté por hablar del atún...
Pero al final he empezado a escribir esto y ya lo publicaré otro día, que para eso hay borrador para guardarlo.
Aunque el título de la entrada parezca otra cosa -no es una fábula ni un cuento infantil- me ha parecido apropiado para encabezar la anécdota que narraré a continuación, ocurrida en 2004.

En la calle Nueva, esquina con Sta. Mª de la Merced, se encontraba hasta no hace mucho -han caído la casa hace unos meses- la peña Los Juncales, en pleno corazón del barrio de Santiago. Una noche en la que, como en otras muchas, Enrique el Zambo se encontraba espléndido y con ganas de juerga, terminó formándose un corro alrededor de una cubitera llena de hielo donde entraban y salían botellas de güiski para el Mijita, José de la Monge, Tío Coco, el Bo, el Parra, el Junquera, el Nahugo, José de la Chicharrona y algún otro, amén del mencionado Enrique y yo mismo. No era muy tarde y la puerta estaba abierta, así que seguían entrando y saliendo algunos ocasionales clientes que se tomaban algo en la barra, lejos de la reunión.
Hasta que entró José Vargas el Mono y se le invitó a sentarse con nosotros. Aceptó de buen grado y venía con ganas de cante porque, no siendo hombre de trasnochar y callejear excesivamente, aquél día tenía la garganta hecha, ya que volvía del estudio donde había estado ensayando y grabando para la maqueta de un disco que se lanzaría meses después, por lo que aprovechó la ocasión para adelantarles a sus primos una muestra del futuro trabajo -con idea de recopilar opiniones- y compartir con ellos unas copitas y unos cantes. La puerta se cerró y una niebla densa empezó a caer sobre la ciudad ya adormilada.
Cuando la cosa estaba calentita y se habían oído algunos cantes de calidad notoria, llamaron a la puerta; hacía ya un buen rato que había entrado la madrugada y alguien fue a mirar quién era. Se le abrió la puerta y era el Bizco de los Camarones, con su canasto lleno de estos crustáceos, la chaquetilla blanca propia de su oficio llena de lamparones y una medio tajá encima que no se la saltaba un kenyata perseguido por una banda de leones. Mostrando gran recato se acercó hasta nosotros y dió las buenas noches y las gracias por haberle dejado entrar y participar del momento. Se sentó y ofreció sus camarones, a lo que todo el mundo contestó "no gracias José, ahora no".



José Galán Bizco de los Camarones


Estaba cantando a gusto y bien y bailando mejor José Vargas El Mono, por derecho y de verdad. Entre cante y cante, una paraíta para encender un cigarro, echarse un chorrito y charlar un poco, porque mientras hay cante no se habla. Entonces se oyó al Bizco:
-señores, si me lo permitís, yo quiero agradecer otra vez la amabilidad que habéis tenido al dejarme entrar y estar aquí con ustedes. Vengo de ganá el Concurso de Cante de Levante en Torre Pacheco (Murcia) y me he llevado el dinero del premio y me han dado el trofeo del Melón de Oro. Yo quiero dar las gracias a esta peña por haber tenido la amabilidad de...
-Yastá, hombre, relájate, no nos tienes que dar las gracias, tu estás aquí echando este rato con nosotros como uno más y punto, no le des tanta importancia.
-pues para mí sí la tiene porque es un honor para mí estar sentao aquí al lao de este gran artista que es José, tocayos somos, y con toda la güena gente que son ustedes. ¡Coged camarones, señores por favor, hacér favó!
Por no hacerle el feo y porque llevábamos un buen rato sin meternos algo sólido, picamos algunos bichillos de esos... mira, salados es una cosa y un ripio eran aquellos parientes enanos de la gamba. La gente nos mirábamos muertos de risa y con la lengua como un estero de La Isla, sin querer decirle al Bizco que aquello era incomible. Entonces volvió a hablar, mareado y un tanto trabada la lengua (ya de por sí habla un poco estropajoso):
-señores, con el máximo respeto a ustedes, yo quisiera donar algo a esta peña en recuerdo de mi visita, pero no traigo ná má que los camarones y la ropa; los camarones ya los he regalado para que ustedes coman, así que voy a donar mi chaquetilla... a ver, dadme algo para corgarla y un boli, que se la voy a dedicar con todo el cariño...(y se despojó de la dichosa chaquetilla, quedando con medio cuerpo al aire).
Fue cuando el Bo del Sordera, le dijo:
-quiyo, ¿ya te has gastado todo el dinero del premio?
-hombre, todo no; me he dado algún combatillo pa celebrarlo pero a mi mujer ya lendiñao. Pero yo, de verdad señores, quiero dedicar mi chaquetilla a esta peña, porque para mí es un honor...
-la que te va a endiñá va a ser ella a tí; mira, pisha, está cayendo una niebla de coco y huevo; vas a llegar a tu casa sin haber vendido un camarón, sin un duro y borracho a las tantas de la noche: ¡ponte la chaquetilla que tu mujer te va a echar a la calle y encima te vas a resfriar, cojones!...
¡La chaquetilla echaba un pestazo a sudor mezclado con pescado podrido que no veas, como para dejarla colgada y cerrar la peña, a ver quién era el guapo que entraba al día siguiente!
Aclarar, por otra parte, que en realidad el Melón de Oro lo había ganado en 1998 y seis años después, en 2004, los organizadores llamaron al Bizco como invitado de honor en la gala de entrega de premios de dicho año. Además, el acto había tenido lugar en agosto y estábamos en octubre.
Entre risa y cante y copa y charla, nos fuimos preparando para volver cada mochuelo a su olivo, cuando faltaba poco para que las claras del día nos recordaran que el resto del mundo se estaba desperezando. Fue la última vez que tuve la oportunidad de sentarme junto a José Vargas El Mono, que moriría un par de años después (13/10/2006)




(Resultaba, cuando estaba vivo, que para muchos era "mu gracioso" y, una vez muerto, es un fenómeno y un maestro... ¡me cago en los muertos de los enteraos!)

jueves, 1 de octubre de 2009

Cuento y Peloteo



El colaborador de Diario de Jerez, flamencólogo y presidente de la Cátedra de Flamencología, Juan de la Plata, presentó ayer en la sala Tío Pepe de las bodegas González Byass su nuevo libro titulado ‘El flamenco que he vivido. Vivencias, escritos y recuerdos de un viejo aficionado’.
(Diario de Jerez, 1-10-2009; sección Ocio y Cultura)


Amén de dichos, bodas, bautizos, comuniones, recogidas de procesiones, zambombas y nocheviejas, me he pasado días y días, noches y noches, horas y horas de los últimos 33 años sentándome al lado o enfrente de gente como Tío Borrico, La Martínez, Tia Anica, Tía Juana, Juana Fernández, Luis del Pipa, Antoñito el Pipa, José Vargas
El Mono, Camarón, El Pili y Tío Eduardo, El Chalao Viejo, Terremoto y Terremotito, El Culata, Ana Peña, Alfonso Carpio Montoya y sus hijos el Garbanzo y el Mijita (padre, hijos y sobrinos) Domingo y Diego Rubichi, Manuel, Luis y Juan Moneo El Torta y su tío El Chico, El Jali, Moraíto, Periquín, Cagaleri, Curro y Fernando de la Morena, Luis de la Pica, El Mono, Fernanda y Bernarda de Utrera, El Funi, Pedro Bacán, Gaspar de Utrera, Chocolate, la familia Montoya, Lole y Manuel, Chiquetete, Manolo Sanlúcar, Manuel Agujetas, sus hijos Antonio y Dolores y sus hermanos roteños, Tío Juane y sus hijos el Nano y el Gordo, los Sorderita, José Mercé, El Capullo, Manolito Jero, Lorenzo Ripoll, Dieguito Carrasco, Manuel y Juan Parrilla, La Macanita, Dieguito de Margara, Luisa La Torrana, Joselito Méndez, La Chati y la Paqui, los Zambos, Luis y José de la Chicharrona, Salmonete, los Fanega... ¡yo qué sé! seguro que me olvido de algunos. Y lo normal es que estos personajes no estuviesen solos conmigo, sino rodeados por familiares, amigos y aficionados como yo. Hasta las claras del día decenas y decenas, cientos de veces...
Al contar con más edad que yo, no puedo atestiguar sobre su actividad en tiempos pasados aunque, según me cuentan viejos aficionados de verdad, él siempre ha sido así; sí puedo afirmar que, exceptuando ocasiones puntuales tales como inauguraciones con discurso de nuevas peñas flamencas, homenajes con entrega de placas conmemorativas y medallas o presentaciones con menciones honoríficas en los que la Cátedra de Flamencología interviene o le interesa hacer acto de presencia (y ya sabéis: como muy tarde, a las doce en casita y mañana me lo cuentas), en estos más de 30 años larguitos JAMÁS HE VISTO EN ESOS LUGARES Y CON ESAS PERSONAS QUE MENCIONO ARRIBA A JUAN DE LA PLATA (y mucho menos al inefable Pepe Marín)

jueves, 24 de septiembre de 2009

Por Bulerías


Virgen de la Mercé:
como mi gustito logre
un hábito viá rompé...


El culto a Isis-Astarté.





(En las noticias de hoy oigo que en la Luna se ha descubieto agua de origen endógeno con un 99% de pureza...)


martes, 22 de septiembre de 2009

Inventos

Según distinguidos y concienzudos eruditos flamencólicos, es la caña el primer cante flamenco históricamente documentado, aseverando que fue Chacón quien fijó el modelo mejor aceptado por las audiencias del s.XX y que ha llegado hasta nuestros días. También la hacen descendiente de la soleá, ya que se canta en ese mismo compás.
Por otra parte existe el polo, al que también hacen hijo de la soleá y estrechamente unido a la caña, tanto que casi se podría decir que son mellizos; incluso existe la policaña, especie de mezcla de ambos.
Si bien en cuanto a la caña no ha habido demasiadas controversias, estas sí han existido sobre el polo, algunas significativas debidas a opiniones de personajes relevantes en el mundo del flamenco.
Uno de los motivos para la discusión es su origen, pues si bien muchos aseguran que es un cruce entre rondeña y soleá, otros, apoyados en Demófilo, dicen que fue Tobalo, cantaor del s.XIX quien lo inventó. Demófilo recogió estos datos de boca de Silverio, quien, al parecer, lo interpretaba en su repertorio. Ricardo Molina y A. Mairena (Mundo y formas del cante flamenco. Madrid, 1963) negaban la existencia del polo de Tobalo llegando a decir que "nadie lo canta y no conocemos a quién siquiera lo haya oído" y afirmaban la existencia del natural -existían unas grabaciones antiguas de la primera mitad del s. XX a cargo de Antonio Pozo El Mochuelo (1868-1937) de quien se dice que fue el primero en grabar en cilindros de cera antes de 1900- es decir, el basado en la creación popular y no particular. Otros han dicho que lo que cantaba Tobalo no era más que una caña interpretada a su manera. Para terminar de arreglar el patio, Pepe el de la Matrona grabó en los años cincuenta del s.XX lo que él decía que era el polo de Tobalo (de este personaje sólo se sabe de cierto que era natural de Ronda, sin que se sepan ni sus apellidos ni las fechas de nacimiento o defunción). Blas Vega afirmó que, hasta esta grabación del de la Matrona, el polo Tobalo había permanecido perdido u olvidado, reforzando con dicha afirmación la supuesta autenticidad del trabajo.
En mi opinión son cánticos que estarán bonitos, sí, pero no duelen, a menos que sean interpretados por algún fenómeno genial que les imprima emoción, y que pertenecen más al folklore andaluz aflamencado que al cante. Aparte que me gustaría ver quién es el guaperas que, llegado el momento, distingue entre caña, polo y policaña. En cuanto al cruce de rondeña, recordar que esta es una variante malagueña de fandango emparentada con otras variantes (las bandolás como les llaman algunos) y verdiales de esa provincia y es precisamente a eso, aunque resulte sorprendente, a lo que me suenan todos estos inventos: a tonos de verdiales metidos en compás de soleá o a una especie de soleá con tonos de verdiales. Para mí, eso ni es cante ninániná.




(¡Ay omá!)

Otros estilos sobre los que se ha discutido -y se discute- acerca de su origen o creación son la granaína y la media granaína.
Estos cánticos folklóricos andaluces emparentados con el fandango, se aflamencaron y también Chacón jugó una baza decisiva para que se extendieran y se incluyeran en los repertorios flamencos.
Como en otros lugares de Andalucía, existía en Granada un tipo de fandango autóctono que se fue aflamencando hasta desembocar en la granaína. Por mera situación geográfica -digo yo- se notan en ella atisbos de cantes de Levante y, aunque hay quienes la clasifican entre estos, opino que está más próxima al "sonido" general de esa zona andaluza que comprende el valle del Genil y sus alrededores, un tipo de fandango intermedio entre oriente y occidente de Andalucía influenciado claramente por los aires del verdial (que en realidad es un fandango, incluso El Fandango para algunos) y ecos de la serrana, también de aire más folklórico andaluz que otra cosa (aunque es costumbre relativamente actual cantarla en compás de seguiriya para revestirla de solemnidad). Volver a recordar la amplitud geográfica del fandango, sonido netamente andaluz previo a la aparición del cante flamenco y que los llamados cantes de Levante no son sino variantes orientales de aquél, en contraposición al "sonido" de Huelva, que sería la base de las formas occidentales.



[de aquí, aparte que Diego lo intenta hacer valiente, lo bueno es Manuel Delgado Lara "Manolo Brenes", el de la pajandí (guitarra)]

Pasó D. Antonio una larga temporada en Granada alrededor de 1890 y se cuenta que, al oir los fandangos autóctonos de la zona, esto es, las granaínas, decidió cantarlos con aires de malagueña, aunque cambiando a una interpretación en tono más brillante y con más filigranas vocales. Al preguntarle alguno en cierta ocasión por el nombre de ese cante, Chacón parece que contestó: "es una malagueña medio granaína", por lo que comenzó a llamársele media granaína. Incluso en algunas de las primeras grabaciones del jerezano aparecía en los títulos como "Malagueña/Granaína". Después vinieron Vallejo, Pepe Marchena, Calixto Sánchez, Enrique Morente... y por supuesto los flamencólicos de los cojones. Esos que no falten.






(¡Aaaahrgh!)

Ahora voy a emborracharme y me voy a arrancar por tonos de martinetes en compás de bulerías y los voy a bautizar "buleretes", porque si les pongo "martínlerías", en el futuro, seguro que aparece un erudito y concienzudo estudioso del flamenco y dice que eran de un tal Martín -por descontado natural de Triana, La Viña o Santiago- que las canturreaba mientras leería el periódico (usado de cagaero, añado).

lunes, 14 de septiembre de 2009

Macandé

Macandé y Carlos Montoya

Loco, majara, eso es lo que quiere decir macandé.
Nació Gabriel Fernández Díaz en 1897 en Cádiz, en una familia realmente pobre del barrio de La Viña (según otros, de Santa María) y desde pequeño dejó notar una cierta inestabilidad emocional tendente a la esquizofrenia que se fue agudizando con la edad.
Pericón contaba que
"era un gitanillo que había en Cádiz con un eco de voz que yo no se lo he oído a nadie, y luego era tan chico, tan menúo, tan negro, que cuando sacaba aquel eco uno decía: pero bueno, ¿de aónde saca el gitano este la voz? y nunca se ponía ronco: a lo mejor se tenía que estar veinte horas cantando en una fiesta, salía, lo llamaban pa otra y cantaba tan tranquilo como si estuviera nuevo"

Escogió desde muy joven ser vendedor ambulante de caramelos y arropía (probablemente porque no existirían muchas posibilidades de salir adelante en ese principio de siglo XX catastrófico y convulsivo para España, donde no solamente ahora sí se ponía el sol, sino que salia a la mañana siguiente planteándole a millones de ciudadanos la cuestión de qué comerían ese día... si comían y si los piojos y las chinches no daban buena cuenta de ellos antes de volver a despertar) golosinas que anunciaba con un pregón, al parecer, original de Pravia (Asturias) que no se sabe a ciencia cierta cómo llegó a aprender y que él interpretaba como una especie de toná resultado de una mezcla alternante de seguiriya, soleá, tangos... El personaje llegó a ser famoso por toda la provincia y en los círculos de cantaores y aficionados era motivo frecuente de conversación. Volviendo a Pericón de Cádiz:
"con este pregón por asturianas tenía loco a todo Cádiz y por cualquier sitio que iba siempre llevaba detrás treinta o cuarenta personas ná más que por oirlo cantar"

Se dice que a veces buscaba cromos o recortaba fotografías de revistas de toreros famosos y envolvía con ellos los caramelos, recitando en el pregón los nombres de los personajes, normalmente toreros, como se ha dicho, aunque en otras ocasiones aparecía una retahíla de futbolistas, curiosamente los de la Balona (Real Balompédica Linense, de la Línea de la Concepción).

"el pregón de los toreros conservaba sus tonos asturianos de la primera parte, y el de los jugadores lo hacía por bulerías, aunque igual cambiaba los tercios. Su pregón no fue fijo: lo recreaba cada día según la inspiración del momento"
(Eugenio Cobo Guzmán, "Pasión y muerte de Gabriel Macandé"; ediciones Demófilo, Madrid 1977).

En este vídeo de la serie de TVE Arte y Artistas Flamencos se recrea el pregón, interpretado por Chano Lobato, con esos aires populares asturianos que, según opinión general, era como lo hacía su creador (el vídeo se alarga inútilmente cuando termina el cante, así que os podéis ahorrar los créditos del programa y la carta de ajuste).



Sin embargo, esta otra grabación legada por José de los Reyes Santos, El Negro del Puerto (sin facultades para hacer el cante hermoso pero reliquia hasta hace poco viva y testigo de unos tiempos que, aunque no muy lejanos en la Historia, se nos antojan remotísimos vistos desde aquí) suena más agitanada y con distinta letra.



No sólo era conocido por el pregón sino que también cantaba por varios estilos, creando unos fandangos personales* y codeándose con artistas famosos del momento en numerosas fiestas de señoritos y reuniones de más o menos burgueses en las ventas de Puerta Tierra pa fuera.
Eso sí, nunca consintió cobrar por su cante, enojándose si le ofrecían dinero por él. Se cuenta que, estando en Ceuta en una Semana Santa, cantó una saeta que despertó la admiración de la gente hasta el punto de llegar a ser rumor clamoroso que llegó a oídos del mismísimo general Sanjurjo -por entonces Alto Comisario de España en Marruecos- quien le mandó llamar y le dijo que le repitiera la saeta de marras, al tiempo que le ponía 20 duros en la mano, dinero que Gabriel rechazó negándose a cantar rotundamente. Ante esta negativa cerrada del cantaor, Sanjurjo, cabreadísimo por el desplante, ordenó su expulsión ipso-facto de Ceuta, prohibiéndole volver nunca más. Al parecer tenía algunas amistades en la ciudad y en esas visitas bebía vino a destajo y fumaba grifa hasta el punto de acabar todavía más transtornado de lo que ya estaba de nacimiento; la prohibición de volver a pisar suelo africano no sentó nada bien al majareto, quien a partir de ahí evidenció, ya claramente, los síntomas de su esquizofrenia.
Cada vez más retraído y extravagante, se echó una novia en Vejer de la Frontera, sordomuda de nacimiento, con la que terminó casándose y teniendo con ella dos hijos (algunos citan vagamente "dos o tres" o "unos cuantos"): la desgracia se cebó con el ya castigado Macandé queriendo que los niños también naciesen sordomudos. Esto fue la puntilla, el último ingrediente que necesitaba su maltrecho cerebro. Sigue Pericón:

"Y no era un loco malo ni ná, ni hacía daño a nadie; ná más que aquello de los chiquillos mudos lo trastornó de tal manera..."

¡¿Quién sabe si por estar rodeado de aquél contínuo, denso y desolador silencio cantaba a todas horas...?!

Que soy demente...
que soy un cuerpo sin guía
me dicen que estoy demente
y que hace muchos días
que me aparto de la gente
desengañao de la vía **

En 1935, esquizofrénico perdido y arrastrando la sífilis y un brote de tuberculosis que le mataría doce años después, fue ingresado en el manicomio de Cádiz donde permaneció hasta su muerte en 1947.
Estando en la celda del manicomio se sabe que algunos amigos y artistas pasaban de vez en cuando a interesarse por él, entre ellos Manolo
Caracol. Es bien conocido que Caracol se sentaba en un rincón frente al catre y que, sobrecogido y en silencio absoluto, escuchaba los gemidos del loco, lastimera y ruinosa reminiscencia de lo que había sido su cante. Jipidos y aullidos casi sin letra, sin compás y sin melodía que hacían estremecerse hasta al último mono que los oyese: Caracol tenía que salirse de la estancia e irse llorando enmorecío...


Quería construir...
estaba el loco en la celda
porque quería construir un corazón
Cuando acabao lo tenía
le puso un letrerito en los pies:
"me tienes cómo tú a mí me querías" **




* Camarón de la Isla dejó grabado un fandango atribuído a Macandé, "sin motivo ni razón". Es fácil encontrarlo en YouTube.

** letras de fandangos de Manolo Caracol

sábado, 5 de septiembre de 2009

Mojama.

Juan Valencia Carpio (Jerez, hacia 1892-Madrid 1957)

Cuando se trata de sacar a relucir los conocimientos que pueda tener un buen aficionado sobre cante antiguo, es frecuente hablar de Manuel Torre; también es frecuente nombrar a otros que, sin llegar a ser ancestrales, conservaron la esencia del cante, tal como la debieron entender sus pioneros, hasta no hace relativamente mucho, casos de Juan Talega o Agujetas El Viejo e incluso apurando -y discutiendo si queréis- Antonio Mairena.
En el margen de este blog aparecen unos virginianos de èshaté payá y entre ellos Juan Valencia Carpio, Juanito Mojama. A este, casi nadie -ojo, digo "casi", no vayamos a tener después burro caío- se acuerda de nombrarlo, principalmente porque no tienen ni puñetera idea ni de cante ni de ná.
Sobre este auténtico y puro fenómeno he de decir, en primer lugar, que nació aquí en Virginia Point, o casi, concretamente en la calle Honsario, al doblar la esquina.
Aunque Manuel Ríos Ruiz lo hace nacer en Santiago (Ríos Ruiz, M., De cantes y cantaores de Jerez, Cinterco, Madrid 1989, pág.101) y este es el dato que se tenía tanto por estudiosos como aficionados en general (algunos, realmente testarudos en reconocer las evidencias, siguen diciendo que era de Santiago; claro, ellos son de ese barrio ¿qué van a decir? El que sí era de Santiago era su padre, Juan Valencia Romero) posteriores investigaciones terminaron con la aparición de la partida de bautismo en los archivos de San Miguel, exactamente en el Libro de Actas de Bautismo, tomo 11o folio 120. Paradójicamente, Ramón Soler Díaz, que fue uno de los principales artífices del hallazgo de la citada partida, dice que la calle Honsario está "en el corazón del barrio de San Miguel" (artículo en revista Candil, nº 127, Jaén, mayo-junio de 2000, pág. 3.747 y sig.). Putos flamencólicos, lo mismo la sacan que la meten... Sé lo que digo, ese mismo apellido Valencia -ese y no otro valencia de los múltiples valencias que por el universo mundo existan- lo llevan mis hijos...en fin, mejor sigo con Mojama.
Marchó Juan muy joven a Madrid y allí hizo carrera artística, alternando entre el café de Fornos primero y los Gabrieles (ese sitio que tanto le gusta al jardinero) y Villa Rosa después, codeándose con las figuras de la época y asentándose en la capìtal definitivamente, aunque sin dejar de retornar frecuentemente a su ciudad natal, por donde aparecía como un auténtico dandi y... ... ... ...
... ... Mira, paso de biografías y zarandajas: he estado escuchando esta mañana un poquito de su cante (grabaciones de 1928-29), poco después del desayuno y, aunque ya lo tenía decidido desde hace muchísimo tiempo, ahora es seguro que no iré esta noche a la Fiesta de la Bulería. ¿Pá qué?






P.D.
(Señorita, usted me comprende, ¿verdad?)

jueves, 3 de septiembre de 2009

Genios Incomparables



Este dijo del de abajo: ¡anda ya! ¿un rubio cómo va a cantá bien ?!




El que dijo lo de arriba, era su ídolo desde que era niño. No tenía mal gusto el rubio.No.

A cada uno lo suyo ¿vale?

A este que viene, un Grammy y las llaves de oro e hijo predilecto de Serva la Barí. En su puñetero pueblo, ná de ná.




Digo el que canta, no el zapateador.

Porque para meterse con alguien siendo de donde somos (y hablo en plural porque hago partícipe a uno que yo me sé y él también se sabe; sí, uno que tiene los pies monísimos la señora)aquí tenemos al MEJOR Y MAS GRANDE MAESTRO DE MAESTROS DEL CANTE FLAMENCO DE TODOS LOS TIEMPOS. Helo aquí:



Tiene mandanga la cosa.

jueves, 27 de agosto de 2009

Un Vaso y Bulerías "pa'cushá" (o "ar gorpe")

Al oir las noticias de ayer referentes al comienzo de la vendimia jerezana y a los datos que maneja el Consejo Regulador acerca de la cantidad de uva que sobra en el marco del Jerez-Xerez-Sherry, tuve el impulso de sentarme a escribir acerca de ello. Después pensé que sería mejor dedicarme a continuar con el Diccionario de Aquí -tengo la "C" casi terminada en un borrador- o con la Extraña Geografía, de la que faltan aún algunos capítulos por entregar. Y ahora, mientras tomo mi diaria taza de café matutino con humo de cigarrillo rubio, veo el Cuaderno de Mahandry y una nueva idea se mezcla con las anteriores. Por cierto, lo de "veo el cuaderno" es un decir porque ni puedo acceder al contenido de los vídeos ni puedo entrar a comentar, ya que necesito primero darme de alta como usuario de Windows Live abriendo una cuenta en dicho servidor, repertorio para el que no estoy dispuesto en este momento (y en ningún otro hasta ahora).
En fin, en el citado blog de la insigne Sra. de Sabanduky -siempre a sus reverenciados pies, señora- veo que el vídeo se titula "El Agujetas - Soleá por Bulerías" y, precisa y casualmente, estaba yo hablando de este tema hace sólo un par de días con alguien que me estará leyendo dentro de un rato. Bien, ahí va eso:
Era el vino la base de la economía de esta ciudad/pueblo (o pueblo/ciudad, o pueblo grande) una cadena productiva que empezaba en la viña y terminaba en el camión o en el barco camino de los mercados, pasando por peones y capataces, lagares, arrumbadores, toneleros, catadores, venenciadores, veedores, embotelladores, fabricantes de cajas, de cubas y cisternas, de tapones, de botellas e industrias gráficas para el etiquetado; eso sin nombrar a los que ahora se llama "comerciales" y que antes eran representantes o vendedores y a todo un entramado de contables, pasantes y personal de oficina en general. Era un negocio más que rentable y si no, que se lo pregunten a los Domecq, a los Gonzalez o a los Romero-Valdespino; o a los Díez; o a mí mismo, que para eso soy de Jerez también, coño.

[Tóa la noche en la escalera
esperando el porvení
y el porvení nunca llega]

Pero el porvenir llega, ya lo creo que sí: los "viejos" patriarcas -y matriarcas- de esas familias empezaron a palmarla, ley de vida, y a las nuevas generaciones eso de "trabajar" les parecía de pobres, amén del cambio de régimen político que traía consigo huelgas y reivindicaciones obreras -con el encarecimiento de los costes de producción- algunas expropiaciones por parte de las autoridades y mayor presión fiscal para las clases acomodadas (y para todo quisqui, no creáis). Todo ello sobre un fondo que ya se había deteriorado notablemente en los años anteriores (finales de los 60') debido a las barbaridades cometidas contínuamente por los listos de turno: cantidad en detrimento de la calidad; promoción del agrio y desagradable fino (sol de Andalucía embotellado ¡y tanto!) en desfavor del palo cortado o el amontillado; plantación de vides en barros ocres y arenas buscando más cantidad de uva; inventos aberrantes -como Castillo de S. Diego o, en otro extremo, San Domingo con hielo-; metidas de bacalás y sablazos a diestro y siniestro en las exportaciones, etc. etc. Y todo ello aderezado con la venta a saco del patrimonio bodeguero por los nuevos herederos, más preocupados por llenarse el bolsillo definitivamente y pegarse la vidorra -lo cual me parece muy bien- que por mantener el hasta entonces sobre ruedas y ahora enrevesado negocio familiar.

[En aqué rincón
hay un barrí tapao:
quiera Dió que zea
vino amontillao]

Nunca fue el vino de Jerez de gran consumo dentro de España, país en que cada región, mejor dicho, casi cada pueblo, tiene su vino que, mejor o peor, se deja beber a precios todavía asequibles. Y los guiris -o muchos de ellos- tendrán cara de pavo, pero no son gilipollas del todo; aparte que a base de recibir palos se aprende rápido a eludir los mismos. Así que dejaron de comprar y se fue todo al carajo: la gallina de los huevos de oro se quedó exprimida y más seca que una mojama.

[Creo que te vá queá
zeñalando coner déo,
como ze queó Zan Juan]

Total, que César Saldaña sale en la tele diciendo que sobra uva (¡unas 4.000 has. de viña! esto es, como unos 4.000 campos de fútbol) y que no saben qué hacer con ella, porque también sobra vino (¡unos 130 millones de botellas!) y tampoco saben qué hacer con él.


Bodega La Constancia, Jerez
Domingo García y Díaz, 1858.
Colección González Byass, S.A.
Jerez de la Frontera.


Tampoco saben muy bien los que hablan de soleá por bulerías qué porras están diciendo. No existe tal figura en el cante y todo es producto de las influencias de un invento de los entendidos sevillanos quienes, dicho sea de paso, entenderán mucho de flamenco pero de cante, ni una papa; yo lo digo ¿qué pasa? Y aquí pongo una muestra de la confusión (en el títiulo pone, como puede verse, "Camarón...y Tomatito_Soleares")



Esto son bulerías pa escuchá y no soleares.
Existen bulerías para bailar (fiesta) y bulerías para escuchar o "al golpe". Existen en Triana lo que por allí llaman (Mairena era uno que lo hacía) soleá alfarera y en otros lugares de la provincia de Sevilla, como Alcalá de Guadaira por ejemplo, aunque no se les llama igual, se cantan soleares parecidas a esas de Triana. El problema está en que se les llama soleares, pero son bulerías "al golpe", lo que me demuestra que los supuestos entendidos no son sino enteraos de mierda. También aquí, en el flamenquísimo barrio de Santiago se confunden la soleá y la bulería pa escuchá. Y la persona que dije me leerá dentro de un rato, creo que sabe por qué lo digo, sobre todo tras la pequeña muestra que tuvo ocasión de oir hace unos días: a la primera se dió cuenta de que aquello eran bulerías y no soleares; y ni trabaja en la Cátedra de Flamencología ni pretende que se instaure una carrera universitaria de flamenco, como en su día dejase atisbar la imbécil de la, nombrada por el célebre jardinero, Gazula...

[Que yo no pueo entendé
que a tí no te guste-r vino
ni los cantes de 'eré]

Total, ya seguiré con la geografía y con el dicionario en otro momento ¿será por tiempo?

jueves, 16 de julio de 2009

El día después

Por los rincones me meto
y a voces llamo a mi mare
y como no me responde
llamo a la Virgen del Carmen.


(Siempre, incluso muchísimo antes de yo nacer aunque algunos se sorprendan, fue el día del Carmen el inmediatamente posterior al de mi cumpleaños, por mucho que se empeñe una que precisamente se llama así pero sin "n", las cosas del polaco. También me hace gracia de esa jerigonza que Pedro se diga Pera)

jueves, 2 de julio de 2009

Soledad

Tengo el gusto tan colmao
cuando te tengo a mi vera
que si me dieran la muerte
creo que no la sintiera


...Y al revés, exactamente lo mismo.

miércoles, 10 de junio de 2009

Cante Anónimo


Antonio Machado y Alvarez, Demófilo (1848-1893), padre de los hermanos Machado (sí hombre, sí: Manuel tenía un hermano, a pesar del ciego; en realidad eran 5 hermanos, pero sólo 2 dejaron algo en la memoria de los hombres, uno de ellos de forma involuntaria, según se deduce de sus escritos) antropólogo, folclorista y escritor, tiene una interesante biografía, la cual no voy a reproducir aquí. Este señor fue el primero que se preocupó del estudio y clasificación de los diferentes estilos de cante y los recopiló en un libro, Colección de Cantes Flamencos (1881), que es una especie de Biblia para los flamencólicos, aunque, al igual que ocurre con el libro sagrado del cristianismo, muchos de los que lo nombran como básico no se lo han leído y, si lo han hecho, no se han enterado de nada de lo que allí está escrito. En el prólogo de la citada obra y refiriéndose a la autoría de las letras del cante, nos dice:
[...] ¿Que quién es el autor? Pues lo mismo lo sé yo que vosotros y que todos cuantos, así en el extranjero como en España, se han ocupado en la resolución de este grave asunto. El autor de estas letras es Don X, a quien, para no pasar plaza de ignorantes, hemos convenido en llamar Pueblo, como pudiéramos haberle puesto, por ejemplo, Perico el de los Palotes.
Más Perico el de los Palotes, me objetaréis, no puede haber compuesto tantísima copla; la vida de un hombre no alcanza para tanto.
Tenéis razón, lectores [...] para satisfacer vuestro tenaz y, en mi opinión, un si es no es pueril empeño de darles un nombre, llamaré Juan Sánchez, Manuel Pérez, Dolores García y Josefa López [...] y otra infinidad de poetas que, sin ser académicos de la Lengua ni personas de viso, son tan perfectamente conocidos en su casa a la hora de comer como lo fueron algunos de estos célebres cantaores por los aficionados a las juergas flamencas, que así se tiran una jarra, y se toman y se dan una puñalá, y se cantan una seguidilla por too lo jondo, y se beben diez bateas de cañas de a diez docenas cada una, apurando con cada batea su platito de aceitunas moráas y alcaparrones, como se camelan una gachí o se capean un toro, dándole una estocá por too lo arto en un decir "Jesús" o en menos tiempo que se persigna un cura loco.
Tienen estos autores por profesión la de vivir: viven en su casa y de lo que comen [...] han de unirse como autores, según he dicho, los infinitos Sánchez, Pérez y Garcías que, así como los López, no son los Sánchez, Pérez o López que conocéis, sino otros López que en infinito número andan desparramados por esos mundos de Dios [...] ajenos por completo a que sus cantos y trinos son luego motivo de estas disquisiciones filosóficas, vamos a decir. Entre estos autores, anónimos a fuerza de llamarse como se llama todo el mundo, hay autores y autoras [...]
[...] Fulano, don Fulano, el señor don Fulano y la excelentísima señora doña Mengana, el ilustrísimo señor don Zutanejo y la eminentísima señora doña Perenceja, quizá criada de servicio la una y aprendiz de barbero el otro, son más de una vez los respetabilísimos autores y autoras de las coplas de este libro, coplas que no conseguirán mejorar, ni aún sudando el quilo, los que al escribir versos y figurándose estar haciendo embuchados para la venta, estiran, estiran, estiran y rellenan, rellenan, rellenan sus composiciones poéticas, olvidándose del precepto de que la mejor poesía es la que dice más en menos palabras y ni más ni menos que si intentasen parodiar al chacinero que aspira a vender como carne lo que son piltrafas
[...] los poetas y poetisas anónimos no usan de ripios. La falta de ripios es una de la verdaderas notas características de la poesía popular: el ripio es un primor que el pueblo desconoce [...] ningún Juan Sánchez ni Dolores Fernández, ningún Zutanillo ni Menganilla alguna dicen cantando lo que no es necesario [...] cuando les duele, se quejan, y cuando se alegran, ríen, sin meterse jamás a esmaltar sus risas o sus lágrimas con adornos postizos [...] no comprenden en su simplicidad esa costumbre jeremíaca de los líricos malos de meternos el corazón en un puño, contándonos sus muchas veces sólo pretendidas cuitas [...] tampoco que pueda convertirse en motivo de lucro el cantar uno sus penas, ni mucho menos en motivo de recrear a un público determinado [...] les tiene completamente sin cuidado que todos los académicos, literatos o literatas, críticos o criticonas del mundo, desenvainen la pluma y decidan [...] que tales producciones son feas o bonitas. Las coplas populares no están hechas ni para venderse ni para escribirse, por tanto, es imposible juzgarlas bien no oyéndolas cantar, toda vez que no sólo la música, sino el tono emocional, les dan una significación, una expresión y un alcance que meramente escritas no pueden tener [...] la copla [...] cuando nace, nace ella misma cantándose, si vale expresarme así. Una copla escrita es una copla estropeada: es como un naranjo nacido en Sevilla y transportado a Madrid, en cuyo clima apenas puede vivir de otro modo que como planta de estufa [...]
En ellas se muestra el alma, ruda y agreste si queréis, pero virgen: "l'anima non sofisticata d'al vero" [...] jamás finge ni miente (exagerar no es mentir porque es una modalidad de la fantasía) [...] como el niño que, sin conocer las convenciones sociales, pide el objeto que se le antoja y llama fastidiosa a la persona que se lo parece, muy a despecho de los finísimos y atribulados padres que, sin meterse a distinguir de edades, quieren tragarse con la vista al angelito al ver que no miente todavía con el aplomo que ellos.
La intensidad con que los hombres del pueblo sienten el reducido número de efectos y de ideas con que hacen su vida, y el carácter, aunque empírico, verdaderamente real y no abstracto, de sus escasos conocimientos, da a sus producciones un vigor extraordinario y gran propiedad y sobriedad a los términos de ellas.
He intentado resumir al máximo el texto original, pero aún así resulta un poco largo para una entrada de blog: lo siento, pero opino que no tiene desperdicio e incluso que tenía que haberlo copiado íntegro, a pesar de todo. Y de paso exclamo ¡¡VIVA BYTYTWQUOD!!

lunes, 8 de junio de 2009

...y el bordón que llora...

Ya sabéis de mi aversión a las necrológicas, pero este era del barrio y además, para eso tengo en el blog una etiqueta de "cante y flamenco".
Hablaba con el jardinero acerca de los hijos de
Demófilo y de una respuesta de Borges (el ciego, como gusta llamarle el jardinero) a una pregunta acerca de quien nunca persiguió la gloria; el ciego contestó poniendo cara de circunstancias:"¡Ah! pero ¿Manuel tenía un hermano?".
En Marimanta, el muro medianero de la casa paterna del jardinero colinda con su vecina que da a Campana. La madrugada del sábado se oyeron ruidos de ambulacia en el vecindario:"eso va a ser Manolito", se pensó el padre del buen jardinero. Efectivamente, era Manolito: Manuel Fernández Molina "Parrilla de Jerez".
El soniquete no ha muerto, pero casi. Nadie como él ha tocado por bulerías de Jerez y difícilmente tocará nadie. Nadie acompañó al toque a tantos y tan buenos cantaores, (y algunos no tan buenos, pero famosos y otros desconocidos, pero buenísimos) empezando por su padre, Tío Parrilla, y pasando por Tío Borrico, Terremoto, Sordera, Mairena, Chocolate, Agujetas, Naranjito, Pansequito, El Mono, José Mercé, Toronjo, Villar, Morente, Calixto, Curro Malena, Macanita...y por supuesto Lola Flores y La Paquera, a quien acompañó durante más de 30 años.













Y otro Manuel, el hijo de Demófilo del que hablé al principio, nos dice en un poema titulado Cantares (que no tiene nada que ver con los Cantares de su hermano, ese que el ciego decía desconocer):


Vino, sentimiento, guitarra y poesía
hacen los cantares de la patria mía.
Cantares...
Quien dice cantares dice Andalucía.

A la sombra fresca de la vieja parra,
un mozo moreno rasguea la guitarra...
Cantares...
Algo que acaricia y algo que desgarra.

La prima que canta y el bordón que llora...
Y el tiempo callado se va hora tras hora.
Cantares...
Son dejos fatales de la raza mora.

No importa la vida, que ya está perdida,
y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?...
Cantares...
Cantando la pena, la pena se olvida.

Madre, pena, suerte, pena, madre, muerte,
ojos negros, negros, y negra la suerte...
Cantares...
En ellos el alma del alma se vierte.

Cantares. Cantares de la patria mía,
quien dice cantares dice Andalucía.
Cantares...
No tiene más notas la guitarra mía.




lunes, 1 de junio de 2009

Pretérito Imperfecto



La lectura de unas palabras del buen jardinero acerca de una noticia -por cierto, comparto con usted el calificar de "barrabasada" la cantidad de 12.000 puestos de trabajo que anuncia el diario- sobre la
Ciudad del Flamenco, traen a mi mente algunos pensamientos, algo enredosos y con un toque de mala leche mañanero debido a las malas posturas durante el sueño -que no descanso- y al ibuprofeno de los cojones, que te pone el estómago como un bebeero 'pato.
Tuvo el cante (y si preferís, el cante flamenco) en esta ciudad su momento álgido, coincidiendo con una corriente general a nivel nacional, en los años 50 y 60, con un ramalazo final en los 70, cuando las "nuevas tendencias" empezaron a dejar paso a experimentos más o menos afortunados o desafortunados (incluso Manuel de los Santos grabó un disco con Gualberto al sitar) y un estertor efímero en los comienzos de los 80, cuando pareció que resurgiría el cante con dejes rancios, aunque luego todo quedó en un espejismo que se encargaron de acentuar la heroína primero y más tarde la cocaína.
Todo lo que ha ocurrrido después ha sido verdaderamente lamentable. Ante la aparición de hordas de japoneses/hormigas y guiris -y "guiras" ¡venga taconeo!- desarraigados portando guitarras en sus espaldas en busca de "lo puro", la autoridad competente, como no podía ser menos, decidió tomar cartas en el asunto viendo que se podría sacar dinero casi por la cara y, en consecuencia, todo ha terminado como el dicho popular: si no cabíamos en casa, parió la abuela.
Era Jerez la ciudad del flamenco sin necesidad de que ningún politicucho de pacotilla interviniese. Era también la ciudad del vino. Era una ciudad pequeña, pero muy limpia y con un centro recoleto y de comercio próspero. Era... pretérito imperfecto de indicativo del verbo ser.
Hoy sus calles, sus edificios, muestran deterioro y abandono, los tártaros hacen palmitas y aporrean tablones, se bebe petróleo con salfumán y la estatua del mamotreto luce con cateterío inusitado la indumentaria del Xerez C.D.: ezo' tá peziozho.

...

...Cuando llegaba la noche,
noche que noche nochera,
los gitanos en sus fraguas
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez de la Frontera.
El viento, vuelve desnudo
la esquina de la sorpresa,
en la noche platinoche,
noche, que noche nochera.

La Virgen y San José
perdieron sus castañuelas,
y buscan a los gitanos
para ver si las encuentran.
La Virgen viene vestida
con un traje de alcaldesa,
de papel de chocolate
con los collares de almendras.
San José mueve los brazos
bajo una capa de seda.
Detrás va Pedro Domecq
con tres sultanes de Persia.
La media luna soñaba
un éxtasis de cigüeña.
Estandartes y faroles
invaden las azoteas.
Por los espejos sollozan
bailarinas sin caderas.
Agua y sombra, sombra y agua
por Jerez de la Frontera...

Federico G. Lorca- Romancero Gitano; fragmento del Romance de la Guardia Civil Española


lunes, 13 de abril de 2009

Pilar Sanchez Muñoz: ¡qué cante!



No voy a descubrir nada nuevo tildando de caradura imponente a un político (en este caso politicA, ya que se trata de una insigne -¿o debería decir "insigna"?-miembrA), algo que fácilmente podría calificarse de demagogia barata, pero hoy ya me han tocado los cataplines de forma harto grosera, y no por el lenguaje empleado, sino por el contenido del mensaje en cuestión. Aclaro: la excelentísima sra. alcalda de Jerez de la Frontera (sí, alcalda, porque alcaldesa era Pedro Pacheco Herrera, alias El Cabeza) Doña Pilar Sánchez Muñoz, declara (con letras grandes de titular) en la portada de Diario de Jerez de fecha 12/04/2009, es decir, ayer Domingo de Resurreción:
"El futuro de Jerez está en el flamenco".
Anúlense partidas presupuestarias para un mejor desarrollo de la ciudad, bolsa de trabajo (o de no-trabajo, si se prefiere) promoción de empleo juvenil y otras zarandajas parafernálicas varias en pro de un mejor funcionamiento de la ciudad en general, etc. etc. etc...
Que usted le suba el sueldo a los seguratas del ayuntamiento porque uno de ellos es su querido, aunque no sea correcto, pase; que su partido político se declare ateo y anticlerical -no sólo se declara, sino que actúa como tal- y luego vaya usted a las levantás de honor de todas las cofradías más significativas y mediáticas -como se dice ahora- de la ciudad, aunque incongruente, pase; que ponga usted a cargo del transporte público a un inepto -total, uno más- capaz de organizar un galimatías circulatorio irresoluble, con conductores de autubuses sin saber dónde están las paradas, aunque tercermundista, pase; que ponga usted a los empleados municipales a montar palcos de Semana Santa ¡2 meses antes! con el consiguiente transtorno e incomodidad para los ciudadanos, aunque exagerado, pase. Estamos tan acostumbrados a la caradura e ineptitud de nuestros representantes políticos - quienes, dicho sea de paso y a pesar de parecer un juego de palabras, son unos impresentables- a su poca o ninguna vergüenza a la hora de especular y meter la mano a saco en las arcas municipales, que nos nos sorprende que usted siga la corriente marcada por los demócratas, quienes, con su buen hacer, honradez y honestidad, iban a acabar con el enchufismo, el amiguismo y otros -ismos propios del "franqu-ismo". No nos sorprende la completa y absoluta nulidad en la gestión de su equipo de gobierno. Ni la ruina económica y el déficit horroroso que sufre la ciudad. Ni siquiera nos escandalizamos de que se pegue usted unas cuantas comilonas a nuestra costa o de que estrene usted modelito diario para lucir en la foto de rigor. No, ya ni eso.
Ahora, le recomendaría que cerrara usted todas las escuelas de todas las disciplinas que se impartan en la ciudad, expúlsense a los profesores y rescíndanseles los contratos. Llame usted al "Ali " y al Luis de la Tota y que comiencen inmediatamente a impartir clases de redoble de palmas por bulerías. Desviénse fondos para la compra de guitarras y tablas para aporrear y subvenciónense tiendas de complementos de trajes de flamenca (de lunares, a ser posible) y aulas preparadas para cursos acelerados de taconeo por farrucas. Clausúrense ateneos culturales de todo tipo e inaugúrense peñas flamencas a todo pasto; derríbense antiguos edificios y levántense en su lugar tablaos y kioskos de peinetas, castañuelas y zarcillos de coral: la panacea para la crisis y el paro, el futuro, el pan de nuestros hijos, de nuestros nietos, está en el flamenco; y nosotros sin enterarnos...


...¡ele ahí, hijha, tu zí que tiene arte Pilá, shosho!