Volviendo a mis recuerdos de aficionado al cante, pasa por mi memoria una anécdota ocurrida allá por los años 80 en el antiguo local de la peña La Buena Gente, en plena plaza de San Lucas.
Presentada por Juan de la Plata (Juan de las Latas) y avalada/apadrinada por el poeta arcense Antonio Murciano, hacía su presentación en Jerez la "cantaora" gaditana Mariana Cornejo, quien se disponía a dar un recital de cante en la citada peña. Venía la "artista" rodeada de una aureola de fama porque en aquellos años aparecía en un anuncio de televisión para un producto de limpieza -Neoclor de Los 777 (tres sietes), una popular marca de lejía- canturreando y bailando un tanguillo de Cádiz; aparte de tener, como he dicho, buenos padrinos, éstos la anunciaban como perteneciente a una familia de tradición flamenca por ser sobrina de Canalejas de Puerto Real.
Yo iba acompañado del difunto Manuel del Pili (sobrino de la Paquera), del también difunto (y que llegaría a ser años más tarde hermano mío "de sangre") José el Chalao, su primo el Mijita y del Torta. Como véis, unos que no entendían una papa de cante (por la jeró). Precisamente fuimos para intentar recabar explicaciones acerca de ofrecerle tan rancio auditorio a la mencionada Mariana, entre otras cosas por el apoyo prestado por la Cátedra en la figura de Juan de la Plata, apoyo negado en reiteradas ocasiones a los que nosotros considerábamos que tenían más derecho por ser de Jerez y por cantar bien.
Tras las charlas de rigor al inicio del acto, se pasó al recital propiamente dicho: alegrías y cantiñas, tangos, colombianas, fandanguillos... nada que una mujer de esta tierra sureña no pudiese interpretar mientras hace la faena. Al ser la peña de reducidas dimensiones, desde el escenario se podían escuchar las voces de los asistentes sin necesidad de que estos las elevaran. Entre los cinco amigos el tema de conversación durante el intermedio era el poco mérito del cante mostrado por la Cornejo quien, amén de la gracia propia de los gaditanos, no tenía mucho que ofrecer y menos en una peña de Jerez y ante tal auditorio. Entonces, cuando iba a dar comienzo la segunda parte del recital, la cantaora se dirigió al público -en particular al del fondo de la sala, que éramos nosotros- y dijo: "bueno, como estoy en Jerez y aquí hay quien entiende de esto, voy a cantar unas seguiriyas facilitas". Nos salimos del local y esperamos a que aquello terminara mientras apurábamos nuestras copas en la calle.
Al concluir el acto, todo eran felicitaciones, saludos, besitos y abrazos a la Cornejo... Juan de la Plata -como siempre- se iba con prisa porque era "ya muy tarde". Fue entonces cuando Manuel del Pili lo detuvo en la puerta y lo saludó (se conocían de sobra) tras lo cual le dijo: "Juan, tú que eres flamencólogo y entiendes de esto: ¿me puedes explicar qué estilo son las seguiriyas facilitas? El cojitranco contestó: "dejarse de guasa, niños..."
¡Sabría el mamón lo que había ¿o no?!
Presentada por Juan de la Plata (Juan de las Latas) y avalada/apadrinada por el poeta arcense Antonio Murciano, hacía su presentación en Jerez la "cantaora" gaditana Mariana Cornejo, quien se disponía a dar un recital de cante en la citada peña. Venía la "artista" rodeada de una aureola de fama porque en aquellos años aparecía en un anuncio de televisión para un producto de limpieza -Neoclor de Los 777 (tres sietes), una popular marca de lejía- canturreando y bailando un tanguillo de Cádiz; aparte de tener, como he dicho, buenos padrinos, éstos la anunciaban como perteneciente a una familia de tradición flamenca por ser sobrina de Canalejas de Puerto Real.
Yo iba acompañado del difunto Manuel del Pili (sobrino de la Paquera), del también difunto (y que llegaría a ser años más tarde hermano mío "de sangre") José el Chalao, su primo el Mijita y del Torta. Como véis, unos que no entendían una papa de cante (por la jeró). Precisamente fuimos para intentar recabar explicaciones acerca de ofrecerle tan rancio auditorio a la mencionada Mariana, entre otras cosas por el apoyo prestado por la Cátedra en la figura de Juan de la Plata, apoyo negado en reiteradas ocasiones a los que nosotros considerábamos que tenían más derecho por ser de Jerez y por cantar bien.
Tras las charlas de rigor al inicio del acto, se pasó al recital propiamente dicho: alegrías y cantiñas, tangos, colombianas, fandanguillos... nada que una mujer de esta tierra sureña no pudiese interpretar mientras hace la faena. Al ser la peña de reducidas dimensiones, desde el escenario se podían escuchar las voces de los asistentes sin necesidad de que estos las elevaran. Entre los cinco amigos el tema de conversación durante el intermedio era el poco mérito del cante mostrado por la Cornejo quien, amén de la gracia propia de los gaditanos, no tenía mucho que ofrecer y menos en una peña de Jerez y ante tal auditorio. Entonces, cuando iba a dar comienzo la segunda parte del recital, la cantaora se dirigió al público -en particular al del fondo de la sala, que éramos nosotros- y dijo: "bueno, como estoy en Jerez y aquí hay quien entiende de esto, voy a cantar unas seguiriyas facilitas". Nos salimos del local y esperamos a que aquello terminara mientras apurábamos nuestras copas en la calle.
Al concluir el acto, todo eran felicitaciones, saludos, besitos y abrazos a la Cornejo... Juan de la Plata -como siempre- se iba con prisa porque era "ya muy tarde". Fue entonces cuando Manuel del Pili lo detuvo en la puerta y lo saludó (se conocían de sobra) tras lo cual le dijo: "Juan, tú que eres flamencólogo y entiendes de esto: ¿me puedes explicar qué estilo son las seguiriyas facilitas? El cojitranco contestó: "dejarse de guasa, niños..."
¡Sabría el mamón lo que había ¿o no?!
(el vídeo que aparecíó primero fue retirado y en su lugar he puesto otro 11/11/2009)