Animales de Existencia Real
Atendiendo a la concepción jerarquizada del mundo que se tenía en la Edad Media y teniendo en cuenta que la visión está tomada desde una posición antropocéntrica, describiremos en primer lugar a los animales domésticos y familliares, al ser los más cercanos al hombre.
El Buey/ El Toro.
© Bodleian Library, University of Oxford. Oxford, Eng. (U.K.)
Buey o toro en la iglesia de San Pedro de Porzomillos
(Oza dos Ríos,A Coruña. Galicia-España)
© Onnega
(Oza dos Ríos,A Coruña. Galicia-España)
© Onnega
Aunque en esencia ambos se identifican con la idea de fuerza, el primero está ligado a la idea de trabajo (tiro, carga...) y, por tanto, de cierta docidilidad. El toro es más libre o quizás más agreste o salvaje y aunque puede ser domesticado para fines similares al buey, refleja una idea más cercana a la violencia e incluso al orgullo. De todas formas, los artistas medievales no hacen grandes distinciones entre bueyes y toros, a los que utilizan como modelos de conceptos bastante parecidos. Ambos bóvidos son también relacionados con trabajos rurales. Por ejemplo, el Bestiario de Ashmole incide en el papel que juegan en las tareas agrícolas y nos los muestra tirando de un carro, haciendo también notar la total solidaridad existente entre los compañeros de atalaje.
Manuscript: MS. Ashmole 1511. Fig. 31r . Principios del S. XIII© Bodleian Library, University of Oxford. Oxford, Eng. (U.K.)
Ese mismo sentido parece que quisieron darle algunos escultores, quienes los representan también trabajando juntos bajo el yugo.
Toro alado, símbolo de San Lucas. Principios del S. XII .
Probablemente de la Abadía de Pomposa, cerca de Ferrara, Italia.
Museo del Louvre (París)
Probablemente de la Abadía de Pomposa, cerca de Ferrara, Italia.
Museo del Louvre (París)
La Vaca
Si las interpretaciones para el buey y el toro están relativamente claras, la vaca constituye un animal que se presta a una óptica ambivalente. Por una parte, por su inocencia y mansedumbre al ser sacrificada, puede revestir idéntico simbolismo al del cordero, que representa a Cristo -como se verá más adelante- y por otra, puede hacer referencia al Antiguo Testamento (Éxodo 32, 4 y sig.), a la adoración del becerro de oro, símbolo de la idolatría y del apego a las riquezas materiales en oposición a la espiritualidad y la grandeza de Dios. En concreto, la escena descrita que se representa en un capitel de la Basílica de Vézelay es bastante elocuente: en ella están reunidos el episodio bíblico y su consiguiente comentario: de las entrañas de la vaca de oro parece emanar un diablo al que se enfrenta Moisés esgrimiendo las Tablas de la Ley en sus manos; la luz y las tinieblas en contínua lucha.
Capitel en la Basilique de Vézelay, alrededor de 1130 d.C.
© Christophe Jobard
© Christophe Jobard
En contraposición a la virilidad del toro, la vaca representa la fecundidad femenina de la naturaleza, su fertilidad. Recuérdese en este caso el sueño interpretado por José (Gén. 41, 1 y sig.) donde las vacas flacas o gordas señalaban años de malas o buenas cosechas respectivamente. Según las diferentes mitologías, podemos observar los nacimientos de algunas importantes civilizaciones asociados a una vaca -casos de Io y Europa-; como símbolo de madre universal -Isis y Hathor en Egipto-; o como el principio nutritivo de las sustancias de la Naturaleza -Kamaduh y Surabhi en la India.
(Continuará)
P.S.
Por razones que atienden a la seriedad y el rigor de este trabajo, he evitado verter mi propia opinión sobre los bóvidos vistos más arriba, así como alguna que otra imagen...
(Continuará)
P.S.
Por razones que atienden a la seriedad y el rigor de este trabajo, he evitado verter mi propia opinión sobre los bóvidos vistos más arriba, así como alguna que otra imagen...