martes, 9 de septiembre de 2008

Prepalo-palo-postpalo.


"Pa poca zalú, ninguna", que diría el Virginiano.
Todo era tan bello. El mundo de repente se había transformado en algo digno de ser conocido, en un poseedor de profundos y maravillosos secretos merecedores de ser descubiertos. La tristeza había sucumbido ante la desbordante felicidad de sentirse vivo: Dios existía y se podía resumir en la más dulce de las sonrisas. La música sonaba nueva, el aire olía a exóticos y atractivos perfumes, el agua sabía a néctar y todo se veía nítido, limpio, infinitamente despejado y claro. La luz se expandía poderosa, abriéndose paso entre las tinieblas como un cuchillo afilado hiende la mantequilla. El amor y la ilusión de sentirse comprendido, como eficaces quitamanchas, habían borrado penas y desengaños...
...Al despertar, la atmófera gris y pululienta casi no me dejaba respirar. En la boca un regusto resacoso a estricnina, acre y amargo, venenoso. Muebles llenos de polvo y telarañas, viejos y arrinconados, inservibles. Dios era el Diablo disfrazado, riendo sarcásticamente, disfrutando de su triunfo, del éxito de su artilugio. Pregunté por lo ocurrido durante el sueño, pero por respuesta sólo recibí desprecio y un desdén frío y calculado, torturante, hiriente, desolador... Todo se había vuelto sórdido y feo, sucio y borroso. Sólo la oscuridad y la extraña sensación de estar muerto en vida. Grité mil y una maldiciones, quise morir DE VERDAD, dejar de ser la sombra errabunda en la que me había convertido de repente, un fantasma con carné de identidad. Todo en vano: las puertas del infierno se habían cerrado definitivamente conmigo dentro. Y la visión eterna de la sonrisa del Diablo - la misma que tomé por una prueba de la existencia de Dios- sería mi particular y exclusiva tortura infernal.
Pa poca zalú, ninguna...

4 comentarios:

  1. Te voy a regalar uno de mis hiper-breves, con todo mi cariño.

    INSTRUMENTO DE AMOR ROTO.

    La guitarra de palo santo, que todos llevamos dentro, vibró en ella. Desde el principio acorde con la de él, al unísono. Ambos llevaban el compás a la perfección y sin haber ensayado antes. En muy poco tiempo, el ritmo subió, se aceleró, se precipitó… y danzaron como posesos.

    Hasta que una mañana, dos dedos pellizcaron mal una de las cuerdas demasiado tensa, y saltó por los aires.

    Ahora ella se pregunta cada día, donde venderán cuerdas de repuesto, para guitarras interiores de palo santo.

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  2. Quien siembra vientos recoge tempestades y lo fácil es hacerse la víctima y echarle la culpa al chaparrón.A saber la clase de semilla que habrá utilizado...y yo no soy ningún santo, que conste, pero tampoco soy un demonio.

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  3. Los muertos de Sabicas y del "maestro" Rodrigo (maestro en mi pueblo tiene connotaciones cabronescas)

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