El Pleno de los académicos de la RAE es el que toma las decisiones relacionadas con la modificación e inclusión de nuevos vocablos en el Diccionario de la lengua española.
Al parecer, estos ilustres gramáticos, lingüistas y lexicógrafos sólo conocen los colines pero no sus sinónimos, los picos. Sí, el pico de pan de toda la vida, ese que se pone con las tapitas.
De todas las acepciones que se dan en el Diccionario de la palabra "pico", creo que para sorpresa general, ninguna hace referencia a nuestro bien conocido compañero de chacinas. No sé la extensión que tendrá el uso del vocablo, aunque aseguraría que en la mayor parte de Andalucía (más de 8 millones de habitantes) es de sobras conocido y, al menos en esta zona, se superpone claramente al de colín, del que sólo nos acordamos cuando queremos imitar con sorna a los pijos.
Y si me apuran, supongo que estos señores académicos habrán tenido ocasión más de una vez de sentarse a la mesa de alguno de los numerosos restaurantes y ventas del sur español y oir la palabra "pico", o la habrán leído en alguna bolsa, o en el letrero de alguna panadería u obrador. A título particular, me resulta increíble que no aparezca en el Diccionario.
Sin embargo, cuando buscamos "pistola" sí aparece una acepción que la define como "barra de pan pequeña": que yo sepa, esta forma de llamar a las barras (más bien a las que aquí llamamos mini-barras) es propia -típica diría yo- de Madrid y, quizás por su enorme peso e influencia, de algunas zonas de Castilla circundantes a dicha comunidad y que sirven como dormitorio de la gran ciudad. Wonders never cease! que diría un norteamericano angloparlante.
Me siento molesto por esta, a mi parecer, discriminación lingüística del andaluz y promoción gratuita del madrileño y por lo que considero una laguna en el Diccionario, con el consiguiente empobrecimiento de la información allí expuesta.
En fin, que para la RAE no hay picos y sí pistolas...de pan (ambos).
Al parecer, estos ilustres gramáticos, lingüistas y lexicógrafos sólo conocen los colines pero no sus sinónimos, los picos. Sí, el pico de pan de toda la vida, ese que se pone con las tapitas.
De todas las acepciones que se dan en el Diccionario de la palabra "pico", creo que para sorpresa general, ninguna hace referencia a nuestro bien conocido compañero de chacinas. No sé la extensión que tendrá el uso del vocablo, aunque aseguraría que en la mayor parte de Andalucía (más de 8 millones de habitantes) es de sobras conocido y, al menos en esta zona, se superpone claramente al de colín, del que sólo nos acordamos cuando queremos imitar con sorna a los pijos.
Y si me apuran, supongo que estos señores académicos habrán tenido ocasión más de una vez de sentarse a la mesa de alguno de los numerosos restaurantes y ventas del sur español y oir la palabra "pico", o la habrán leído en alguna bolsa, o en el letrero de alguna panadería u obrador. A título particular, me resulta increíble que no aparezca en el Diccionario.
Sin embargo, cuando buscamos "pistola" sí aparece una acepción que la define como "barra de pan pequeña": que yo sepa, esta forma de llamar a las barras (más bien a las que aquí llamamos mini-barras) es propia -típica diría yo- de Madrid y, quizás por su enorme peso e influencia, de algunas zonas de Castilla circundantes a dicha comunidad y que sirven como dormitorio de la gran ciudad. Wonders never cease! que diría un norteamericano angloparlante.
Me siento molesto por esta, a mi parecer, discriminación lingüística del andaluz y promoción gratuita del madrileño y por lo que considero una laguna en el Diccionario, con el consiguiente empobrecimiento de la información allí expuesta.
En fin, que para la RAE no hay picos y sí pistolas...de pan (ambos).
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