Virginia Point es un bunker de cortinas y persianas en estos días terribles y nunca llevaderos de calor, el calor del bendito Sur. Las horas de tedio se pasan entre siesta y buchitos-de-lo-que-sea fresquito. La vida se detiene, el aire abrasa, el sol ciega (más aún si cabe); atontolinado todo el día, lo único que se me ocurre es dormir y fumar, beber y dormir, ducharme y dormir, dormir y dormir... güeno, ya quea meno, pero é lo peó ííííhooo!!!!
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