sábado, 18 de julio de 2009

Cangrejos y Leones.

Tras unas semanas de tregua térmica, ha vuelto a hacer su aparición nuestro viejo conocido el Levante, azote de la humanidad y castigo del cielo por estas latitudes. Es mi discurso repetitivo en tanto hace incidencia en temas ya mencionados. Va mi pensamiento en dirección a rememorar pasados suplicios veraniegos. Está mi ánimo prevenido ante el alza de las temperaturas que conlleva la baja de la tensión arterial, que no de aquella otra que provoca la evacuación de humores de dudosa catadura y más dudosa explicación, a menos que sean achacables al caldeamiento excesivo del ambiente general.
Y para colmo, como cada año por estas fechas, el gran felino melenudo amenaza con volver dentro de pocos días, lanzando cangrejos a zarpazos al fuego del Seol con toda su ardiente parafernalia, llena de soberbias mal curadas y peor cicatrizados restos de excreciones calcáreas de primera magnitud: y yo sin un búnker anti-atómico donde meterme.

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