viernes, 31 de julio de 2009

Receta Diabólica (2)

(Tras más de un año de cocción, reposo y maceración -ya se dijo en la SEGUNDA TANDA "un invierno y un verano"- podemos pasar a la tercera tanda)


TERCERA TANDA

Para servir la receta alquilamos mil tanquetas, limpiamos una meseta y se extiende una moqueta, pasamos una bayeta, la adornamos con macetas, cubiertos y servilletas, ponemos unos cojines o, si prefieren, silletas, taburetes y banquetas, nos vestimos de etiqueta con corbata y con chaqueta, para organizarnos bien repartiremos boletas, sacamos la caldereta con palas y con piquetas, con cincel y palanquetas, con serrucho y con serreta, no sin antes añadirle una vaca regordeta, de gambas cien vagonetas, un gatillo de escopeta, Samitier y Marculeta, un tenista con raqueta, un tiburón sin aletas, un pantalón sin bragueta, un labrador con soleta, el gallo de una veleta, gais de la Barceloneta por delante y en pompeta, cupones y papeletas, un pedal de bicicleta, champiñones o unas setas, un maltés de La Valetta, la velas de una goleta, la familia Cebolleta, un torero sin coleta, el asa de una maleta, el rabo de una mofeta, un pito y una trompeta, José Antonio Labordeta (foto abajo), un circuito y su meta, esclavinas y mucetas, un cani de La Caleta, un capitán de corbeta, Paca, Eulalia y Aniceta -todas ellas en porretas- se palpan las pingoletas mientras trinchan ajoporros y pican las cebolletas, tirititraun de Espeleta, España de pandereta, un pescuezo y una teta, un príncipe que interpreta, salmorejos y gachetas, una palabra obsoleta, un tambor y una corneta, la túnica de un asceta, un famoso mondrigueta, una redacción escueta, Quino, Quinet y Quineta, un lince y una jineta, las babuchas de Enriqueta, un cante del Agujetas, un modelo y un esteta, treinta kilos de panceta, un enano lisboeta, páginas de mil libretas, un músico y un poeta, una gorda en camiseta, albóndigas y croquetas, varias cajas de chinchetas, cristales, vidrios, lunetas, un zapato sin lengüeta, un barbero y un atleta, galones y sardinetas, un cable y una regleta, imágenes inconcretas, dos rotondas y una isleta, un terceto y dos cuartetas, azulejos y losetas, un cojo con sus muletas, un ministro de opereta, un casino con ruleta, una monjita alcahueta, de orujo cien mil cubetas, medio quintal de chuletas, los dos polos de un planeta, una cretense de Creta, de Galdós Obras Completas, el cobre de mil pesetas, un guardia con su caseta, una jueza con careta, un roete y su peineta, un torpedo y su espoleta, un plano y una maqueta, el motor de una avioneta, de Sanlucar Las Piletas, de Sicilia una vendetta, Vespa, Vespino y Lambretta, un redactor de gacetas, un botón y una corcheta, una dama muy coqueta, clavicordios y espinetas, panecillos silueta, un botín y una chancleta. Mientras se enfría y reparten correspondientes paletas, se maquinan varias tretas, se mojan unas galletas, se disparan metralletas, se egrasan bien las crucetas, los émbolos y bieletas, se trocea una biznieta, se leen varias viñetas, se ponen las filas prietas, se archivan dos mil carpetas, se pican unas brochetas, se puede coser calceta, se bailan varias joticas y se canta una saeta.

(continuará)

(Nótese cuán ridícula es la imagen)




Era tentador añadir a unos salvajes descerebrados conocidos por unas siglas de fácil rima con los ingredientes de hoy, pero, aparte que no merecen ser mencionados, no hacen ninguna gracia e iban a estropear la receta de forma irremediable, algo que suelen hacer con todo y con recalcitrante frecuencia.

domingo, 26 de julio de 2009

Las Cosas

¿Cómo se puede decir que James Brown es un hortera y un tipo al que apodan -¿o sería más propio decir tiene por nick, dada la influencia imperial?- "The Boss", o sea, algo así como "El Maca" -os recuerdo que "jefe" en inglés se dice "chief"; este "boss" sería el que parte el bacalao- es buenísimo y admirable? Por cierto, no menos que el cantante de Iron Maiden.
A este paso, hasta me gusta Manolo Escobar y, si me apuráis, Estrellita Castro era una fenómena.
¿Y qué? Las cosas...

sábado, 25 de julio de 2009

El Hijo del Trueno

Boanergués...

...Y Cierra ESPAÑA!!!!

jueves, 23 de julio de 2009

Alma de Invierno


Todo ha quedado sepultado bajo una densa capa blanca, implacablemente fría. La vida se detiene, se ralentiza el ritmo del ciclo metabólico.
La dama de cristal ve como sus aristas se transforman en delgadas agujas, largas y peligrosas, letales si se quiere.
Su carne se convierte en acero inoxadable y aluminio y sus ojos extraños de obsidiana, al mirar, rasgan las insípidas lágrimas de los que por su aliento quedaron paralizados.
No hay testigos de esto. Sólo el aire, pero fue sobornado a cambio de un puñado de fragancias perfectas y la imposible de cumplir promesa de hablar con las motañas en secreto, pactar con ellas para que le dejasen paso al convertirse en viento.
En el espíritu sólo existe invierno, gélidas notas de gélidas canciones, congeladas estrofas de congeladas rimas, congelados olvidos de congelados tiempos sin retratos, sin cartas de amor en los cajones, sin lumbre encendida en la cocina ni alimento alguno que calentar. Musgos y líquenes en muros acongojados por el frío.
Pelusas de un color sin nombre sirven de cobijo a un microcosmos habitado por horrendos y monstruosos seres. Lacias telas de araña abandonadas cuelgan por los apulgarados rincones de un caserón semiderruido, carcomidas las vigas, robadas las rejas de sus balcones y ventanas para ser refundidas en espadas sedientas de palpitantes corazones.
El aluminio de su carne se confunde con el gris metalizado de su espíritu. Sus manos frías, como las de la muerte, no han visto nunca el sol más que de noche, cuando duermen junto a él detrás del horizonte.
Misteriosa, casi desaparecida en las tinieblas de la ignota lejanía, sumergida en valles cerrados por montañas gigantes, el alma del invierno dormita entre el rocío congelado sobre las hojas de árboles y plantas irreconocibles. Su hálito forma nubes de espuma extraña, fibrosa y semitransparente; sus lágrimas son las perlas obscuras buscadas desde antiguo por seres mitológicos, mitad verdad inventada y desdibujada, mitad leyenda perfectamente planeada y minuciosamente calculada. Allí aguarda su turno, silenciosa, aletargada por el solsticio en las antípodas del mundo.
Un gastado cuaderno lleno de anotaciones en una extraña grafía, sumas y multiplicaciones sin resultado; algo que parecen números de teléfono sin prefijo junto a nombres y apellidos inexistentes, jamás vistos u oídos, asoma por debajo de las piedras de una tumba megalítica. Asombroso ¿cómo ha podido llegar hasta ahí? Da igual: al fin y al cabo, nada de lo que se ve anotado en él tiene sentido. Y aunque lo tuviese, a sus desconocidos dueños ya no les sirven unos apuntes seguramente obsoletos y que, por otra parte, ya nadie comprende.
Las sábanas del mundo han salido volando por el infinito; "alguien" abrió la puerta sin avisar y la corriente se las ha llevado, dejando destapado al planeta, que se ha ruborizado hasta la incandescencia al quedarse en paños menores ante la vista de todo el Cosmos. Se sospecha de la Luna como autora de la pesada broma, pero esta, aparte de reflejarse en el río, nunca muestra su otra cara...

(Menuda nevada está cayendo ¿eh?)

miércoles, 22 de julio de 2009

Caldas, Pagafantas y Calvicios

Estar expuesto a la acción directa de los elementos puros durante unas horas puede resultar físicamente agotador y, sin embargo, purificador y mentalmente enriquecedor. El agua brota casi hirviente de las ígneas entrañas de la tierra y se funde con el aire: un intercambio constante de energía. Quizás demasiada.
Guapas muchachas adolescentes vestidas de tarde veraniega se sientan a cuchichear y, de vez en cuando, lanzan una mirada de soslayo, no se sabe si por reales o pretendidas timidez y cortedad propias de su edad, o por estar haciendo los preparativos para jugar a un juego al que todos -imagino- hemos jugado alguna vez en la pubertad. Algunos muchachuelos, pretenciosos en sus maneras y actitudes, se les acercan: son los pagafantas. Ellas los saludan, pero siguen a lo suyo; les puede la curiosidad que les produce el forastero.
Un calvario y un suplicio (un calvicio).


(Habrá que volver para probar el choto asado, a ver qué tal maridaje hace con el curioso vinillo de la tierra)

sábado, 18 de julio de 2009

Cangrejos y Leones.

Tras unas semanas de tregua térmica, ha vuelto a hacer su aparición nuestro viejo conocido el Levante, azote de la humanidad y castigo del cielo por estas latitudes. Es mi discurso repetitivo en tanto hace incidencia en temas ya mencionados. Va mi pensamiento en dirección a rememorar pasados suplicios veraniegos. Está mi ánimo prevenido ante el alza de las temperaturas que conlleva la baja de la tensión arterial, que no de aquella otra que provoca la evacuación de humores de dudosa catadura y más dudosa explicación, a menos que sean achacables al caldeamiento excesivo del ambiente general.
Y para colmo, como cada año por estas fechas, el gran felino melenudo amenaza con volver dentro de pocos días, lanzando cangrejos a zarpazos al fuego del Seol con toda su ardiente parafernalia, llena de soberbias mal curadas y peor cicatrizados restos de excreciones calcáreas de primera magnitud: y yo sin un búnker anti-atómico donde meterme.

jueves, 16 de julio de 2009

El día después

Por los rincones me meto
y a voces llamo a mi mare
y como no me responde
llamo a la Virgen del Carmen.


(Siempre, incluso muchísimo antes de yo nacer aunque algunos se sorprendan, fue el día del Carmen el inmediatamente posterior al de mi cumpleaños, por mucho que se empeñe una que precisamente se llama así pero sin "n", las cosas del polaco. También me hace gracia de esa jerigonza que Pedro se diga Pera)

miércoles, 15 de julio de 2009

Medio Siglo

Una vez más la relatividad: cincuenta (50) vueltas al sol no son nada para un planeta y sin embargo para un ser humano pueden ser más de la mitad de su vida.
A los amantes de las necrológicas de famosos, famosillos y menos famosos les dedicaría una lista de todos los fallecidos que recuerdo, ya fueran políticos, deportistas, toreros, filósofos, científicos, actores, artistas o multimillonarios.
A los que gustan de los hitos históricos, les recordaría varias guerras, algún que otro golpe de estado, apariciones y desapariciones de países o el cambio de sus nombres -o, como en el caso de España o los países del este de Europa, cambio del régimen gobernante a otro completamente distinto- y también descubrimientos y logros técnicos y científicos, o hallazgos arqueológicos y paleográficos.
A los que siguen los sucesos les hablaría de catástrofes naturales, accidentes tremendos, atentados, suicidios, mantanzas y crímenes.
De modo subjetivo, múltiples y diversas son las peripecias de más de media vida, mútiples los lugares, las personas, los paisajes, las noticias, las situaciones y las ideas.
Y desde nuestra pequeñez nos parecen muchos, pero no son nada 50 años...

...ahora que lo pienso, yonimenterao.


(Tuve la tentación de hacer algo parecido a lo que digo arriba, pero pensé que, aparte de antojárseme labor interminable, me iba a parecer al abuelo Cebolleta)

martes, 14 de julio de 2009

Pescaditos de plata

Entre estos días tan largos y luminosos y el ajetreo de libros que me traigo en el salón, los lepismas (del griego λεπίς - escama) buscan refugio en las zonas más oscuras y frescas de la casa. A estos pequeños y cuasi prehistóricos tisanuros les gustan, entre otras cosas, la humedad, el papel y la goma para encuardenar libros, por eso no es difícil encontrarnos su piel seca entre las páginas o incluso ver al propio bichejo salir despavorido al verse sorprendido por la luz.
Debía ser adulto el lepisma este, era grandecito. Y sabía tela marinera, pues buscó escondite de modo que pudiese tener una buena perspectiva del panorama que se avistaba: nada menos que el origen del mundo ¡Hay que ver cómo corren con lo chicos que son! ¡eso es velocidad -proporcionalmente hablando- y no la del guepardo! Total, era imposible averiguar dónde se metería, pero seguro que no se perdió detalle.*
La tijereta -el cortapisha- y el cienpiés son enemigos naturales del lepisma, pero son cuanto más feos más asquerosos, igual que ocurre con el hombre y el oso.
Poned una patata rallada o triturada en el suelo durante la noche y el insecto acudirá a comer así que, hurgando en busca del almidón, quedará entre las ralladuras: cepillo, cogedor y a la basura, patata con lepisma incluído.


Lepisma Saccharina
Fotografía cortesía de Nærum; Rudersdal Kommune, Hovedstaden - Danmark
© Ruth Alhburg





*
A esa hora las calles aún no estaban puestas y a lo lejos, en dirección a las montañas por donde se levanta el sol, se divisaban unas grises nubes que impedían el paso de la claridad del inminente y seguro amanecer.

sábado, 11 de julio de 2009

Operarios.

En la cuesta del Palenque, justo al empezar viniendo de Cuatro Caminos y casi en la "Y" que forma con Alcubilla, ponía el ya desaparecido Trompi su taller ambulante. Aquello era una especie de carrillo de helados o chucherías reformado en banco de trabajo, con unos cajones laterales para guardar las herramientas y útiles, blindado con chapa y que se quedaba por la noche en medio de la acera, rodeado de cadenas y candados.
En el taller del Trompi se arreglaban varillas de paraguas, carritos de niño chico, frenos y radios de bicicletas, todo tipo de chapucillas a algunas motos y trastos viejos y apaños por estilo. Eso si dabas con el tío porque a veces, a pesar de que el "taller" estaba "abierto", al Trompi no lo encontraba ni la Interpol disfrazada de Fantomas contra Scotland Yard.
Al niño del Parra, el del kiosko de mi calle, al Churrete concretamente, le llaman así desde sus tiempos de aprendiz en un taller de la calle Córdoba, el de Ortega, que estaba pasando la fábrica de hielo donde ejercía de mecánico de mantenimiento Juan El Nevera (también fallecido) quien contaba que en el año 1900 veintitantos fue a Éibar a comprar una bicicleta a la fábrica de Orbea. Según él, la bici costaba unas 300 pesetas: una vez reunida la cantidad necesaria, conseguida después de haber estado ahorrando entre tres amigos durante varios años y que incluía algún estipendio para el viaje y los billetes de tren, sortearon quién iba a ser el encargado de ir a por el cacharro, pues en aquella época no existían distribuidores o concesionarios -lo mismo que recuerdo que le ocurrió a mi padre con su primer seiscientos, ya en los años 60, que tuvo que ir a Madrid a recogerlo y traerlo conduciéndolo él- y el dinero reunido con tanto esfuerzo sólo alcanzaba para costear el viaje de uno de ellos. Después, ya con la bici aquí, se sorteó quién sería el primero en utilizarla puesto que, lo mismo que habían dividido el costo de la operación en tres partes iguales, así disfrutarían del vehículo, es decir, cuatro meses cada uno.
Recuerdo la antigua manufactura de conservas de atún en Barbate, el colegio nos llevó una vez de visita/excursión (qué buenos son los cuervos marianistas, qué buenos son, que nos llevan de excursión: sstomo lirio, sstomo rossa, sstomos lindas maripossass; ¡ay qué asco de mujeres, habiendo hombres como claveles!). La manufactura sólo era una parte del proceso, pues las latas venían fabricadas de otro lugar -posiblemente de alguna fábrica metalúrgica norteña- y se restringía a la limpieza y troceado de las partes aprovechables del pescado y a su posterior envasado en latas de diferentes tamaños. Había unas a modo de medianas albercas con agua salada hirviendo donde, por medio de un sistema de poleas y ganchos, se sumergían los trozos de carne antes de enlatarlos.
Al final de Algarve tenía su taller de relojería el padre de Ángel Tristán. En su casa del callejón de Catalanes tenía una prolongación del taller, justo en la misma casa donde los hermanos cadáveres (los Pantoja) reparaban radios, televisiones y tocadiscos.
También recuerdo la vendimia o algunos embotellados de las bodegas jerezanas, cómo evolucionaban en su parte mecánica/automatizada al tiempo que se iba prescidiendo cada vez de más trabajadores.
Cerca de mi casa había un taller de costura, donde casi todas las tardes se reunían unas 10-12 mujeres y se liaban a coser tejidos de todo tipo, bien con dedal, hilo y aguja, bien a máquina; a ésta se la hacía funcionar a base de accionar un gran pedal conectado a una polea la cual, por medio de unas correas de cuero, movía el mecanismo que hacía subir y bajar a la aguja enhebrada.
También recuerdo el olor a viruta de las carpinterías y el del cuero agrio del zapatero remendón; los chiquillos íbamos a mirar cómo trabajaban estos obreros manuales y, si no dabas la murga, hasta te dejaban probar alguna herramienta para distraerte.
Y, por supuesto, recuerdo el olor que salía (y sale) del obrador de Guerrero en la calle Ancha de Sanlúcar, donde pasé una parte de mi infancia. El olor inolvidable de las bizcochadas.

(Y todo esto ha sido porque al jardinero, igual que a mí, no le gusta eso de llamar talleres a los seminarios y tertulias, aunque si miráis el diccionario de la RAE, veréis que la segunda acepción de taller es sinónimo de seminario o escuela. Sí Perico, mal que nos pese, sí)

jueves, 9 de julio de 2009

Fiesta (dedicado a E.H.)

-¡Buenaaaaas! Soy un mozo corredor y vengo a enseñarle mis pies fashion.
-Pues yo soy un cabestro mansurrón y, cencerros aparte, no entiendo mucho de estética podal, la verdad. Ahora, tengo yo un
primormano, aquí mismo en los corrales, que antes de dedicarse a conductor de miuras y cebadasgago era pedicuro en Arturio Soria; un pisito la mar de mono que tenía, oiga: su consultitaa, con su despachiitoooo y su recepcionciitaaa...¡aaayy qué bonitoooo! (léase en el mismo tono que se le contaría una historia de Pin y Pon o de los Teletubbies a un niño que no pasase de los tres años de edad o a lo sumo cuatro, que siempre los hay más carajotitos, madres aparte).
-pues tendría que estar forrado, porque en Arturo Soria...
-es que Bailaor es un cabestro jet-set. Con decirle que nos ha enchufado a toda la familia en los sanfermines...
-y ¿entiende de pintura de uñas?
-¡uy! ¡qué le voy a contar! apenas ve unas uñas de los pies un poco insinuantes, se arranca cual uro enfurecido, bufando y embistiéndole a todo lo que ose menearse. Es que es muy español.
-¡hombre! igual que yo ¡no te jode! lo que pasa es que yo no mujo. Cuernos sí que tengo, sí, pero mugir, lo que se dice mugir, nada de nada; si acaso unos leves bufidos por lo bajini cuando me mosqueo. Pero bueno, dígame, dígame, aunque parezca que no entiende ¿qué opina de mis pies?
-señorita moza corredora, tiene usted unos pies monísimos. Ahora bien, yo creo que si en vez de rosa chicle se pintase las uñas de añil nazareno intenso y cambiase usted esas sandalias modelo egipciano/fenicias por unas grecorromanas amarradas hasta la pantorrilla y combinadas con una minifalada ajustada, estaría ud. más atractiva.
-ya lo he probado, señor cabestro, pero dado que soy de Zagarramurdi tengo los juanetes prepirenaicos
, amén que, debido a mi virilidad manifiesta, jamás me depilo las piernas ¿me queda mono el traje típico sanferminero?
-el pañolito rojo es lo que más canta. Porque usted, como ya he dicho, es moza corredora ¿verdad?
-hombre, en realidad yo voy a confundirme entre la masa de mozos a ver si "pillo cacho" con la excusa de los tropezones y las bullas ¡Qué semanita! ¡y a esa hora de la mañana, recién levantada, que está una como más sensible! Bueno, dígame dónde está su primo o llámelo, a ver que opina.

-¿y por qué es usted calvo con perilla, señorita moza corredora?...Bueno, no se enfade, ahora mismo lo llamo: ¡MUUUUUUUUU!! ¡¡MUUUUUUUU!!! ¡¡MUUUUUUUUUUUU!!! (que en lenguaje bovino significa "¡primo
Bailaor, ven un momentito que te buscan!")



-¿quién pregunta por mí?
-hola, soy una guapa y apuesta señorita moza corredora calvo con perilla y quiero pedirle opinión sobre lo muy
fashion que son mis pies.
-hombre, el color rosa chicle de las uñas no le pega, pero monísimos si que son, señorita moza corredora. Eso sí, su cuello no es esbeltísimo y deja mucho que desear, disculpe que le diga.

-es que es de Zagarramurdi, primo ¿qué va a hacer la criatura si desde pequeños les cogen la cabeza y se la embuten literalmente en el tronco con sus correspondientes extremidades, incluídas las podales?
-¡y qué extremidades podales! estoy por embestirle, y eso que soy un cabestro mansurrón.

-¡ay, no me embistas cabestrito bonito, que salgo corriendo!
-¿y si te doy un besito en las uñas de los pies, señorita moza corredora de mis entrecuernos?
-¡vaaaale! pero si debido a mi calzado fashion me resbalo mañana en Estafeta ¿te acordarás de no pisotearme la calva?
-¡pero hombre/mujer! Ahí es donde más gente se pone ¿por qué no eliges otro tramo más despejado?
-¡A ver si te enteras, primo: que este lo que viene es a pillar cachoooo!
-¡Ssíííííaayyyyyyyyynnssssssss! ¿les canto una jota navarrica, señores cabestros?
-¿le doy un testarazo en el glúteo, señorita moza corredora calvo con perilla?
-¿y no podría hacer un esfuerzo e hincarme un asta por entre medio de ahí mismísimo?
-¿y si nos vamos las tres y nos tomamos unos chatos y después nos sodomizamos salvajemente?
-Pero ¿qué van a pensar los ecologistas cuando vean a esta apuesta moza corredora de Zugarramurdi revolcándose con dos cabestros?
-nada hija, nada: en cuanto vean tus delicadísimos pies, caerán rendidos ante la magnitud sexual de tan excitante visión, por muy ecologistas que sean. Además, lo mismo ni se enteran porque están etretenidos poniéndose pares de banderillas unos a otros...











lunes, 6 de julio de 2009

Pereza Marsoperil

El otorrino que me operó de amígdalas y vegetaciones cuando yo tenía 9 años, se llamaba Dr. DAÑINO. Sí, el padre del capulletoide que ahora ostenta el mismo apelativo, no sé si calvo, pero con gafas y pinta de pingüino planchado/almidonado.
Por cierto: estaba yo hablando con un oso polar acerca de la crisis y de las cabalgatas tortillomoñeriles que han tenido lugar a lo largo de la piel de torovaca -que ya son iguales también, todo bóvidos ellos ¡qué mooonoss!- con participación en primera plana de nuestra excelsa miembra ministra de igualdad, ayudando con sus zorrunas manitas a portar la pancarta proclamadora del orgullo de los mariconazos, tortilleras de pro y otros plumosos advenedizos que se apuntan a cualquier tipo de bombardeo, cuanto más estrambótico y descerebrado, muchísimo mejor. Me pregunto si nuestra amantísima miembra reina por un día de las narices desmesuradas, se prestaría a posar con la misma poquísimavergüenza -todo junto- en una manifestación que proclamara el orgullo de los normales -aunque pretendan convencerme de que los normales son Almodóvar y Macnamara- portando una pancarta con una gran polla* y un par de güevos frescos...
...Bueno, eso, que charlaba yo con el oso polar y de pronto apareció una bandada de pingüinos antropófagos, ávidos de sangre y carne fresca. A pesar de pegar saltos histéricamente con sus patas delanteras para romper el hielo, el oso polar no tuvo tiempo de escabullirse de la desmelenada manada pingüinerocaníbal que, en pocos minutos y con desmesurada ansiedad, lo desmenuzaron a picotazo limpio.
Rápidamente hice zapin para evitar ver aquella escabechina: fue entonces cuando aparecieron el Tour de France y la voz de Perico Delgado.
Como soy un marsopo, hago cual idem (no sé cómo hace el marsopo, qué sonido o cántico, quiero decir).
¡Ah! me han dicho que han sido vistos algunos pingüinos vendiendo una piel de oso polar en la boca del metro de SOL, frente a Preciados...





* polla: gallina nueva que aún no ha puesto huevos. Como véis, lo de los "güevos frecos" no es por gusto.

sábado, 4 de julio de 2009

Julio, Toros y Cumpleaños: God Bless America!

Llevo unos días pensando en varios cumpleaños y onomásticas, es junio un mes plagado de Fernandos, Antonios, Juanes, Luises, Pedros o Pablos y julio el mes en que nací; seguramente se recuerdan más y mejor las fechas de nacimiento de otros cuando estas andan próximas a la del nuestro propio, igual que se recuerda mejor el nombre de nuestros tocayos (a veces, mal que nos pese, Jaimito hijo).
Es el 4 de julio un día especial para los virginianos -paisanos de G.W.- y para los que fueron a la guerra de Viet-Nam, pero yo lo recuerdo por otra cosa. Hace tres años, creo, en esta misma fecha y con un levantazo de mil demonios, cogí el tren y me planté en Cortadura. Como no tenía bañador, usé un Meyba azul y amarillo que alguien se olvidó en mi casa, así como también una camisa de Cortefiel, celeste a cuadros grandes; las chanclas no me las puse, que me quedaban pequeñas. Fue mi particular forma de "celebrar" un cumpleaños: la marea estaba llena, el levante procuraba un contínuo zumbido en los oídos y pequeñas tormentas de arena que hacían insufrible la estancia en la playa, amén de "lucir" un sol abrasador; a pesar de todo ello, permanecí sentado un buen rato en la orilla, mirando la inmensidad del océano, achicharrándome y llenándome de arena hasta las trancas.
En vista del silencio jardineril, he llegado a pensar en Mariachis, un toro mexicano que sirvió para que tomara la alternativa un ahora famosísimo galapagueño: espero que no sea el podacapullos bomarziano quien ha soltado la friolera de 6.482 Eu. por dos entradas para el encierro de mañana domingo en la Ciutat Condal. Sobre todo teniendo en cuenta que podría haber asistido gratis si hubiese entrado por la puerta de toriles con el resto de sus bravos congéneres compañeros de pasto.

Feliz cumpleaños, torito.


¿veis?: el negro grandote de los cuernos no ha tenido que pagar la entrada...

jueves, 2 de julio de 2009

Soledad

Tengo el gusto tan colmao
cuando te tengo a mi vera
que si me dieran la muerte
creo que no la sintiera


...Y al revés, exactamente lo mismo.